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18/11/2025@14:26:19
La COP30 se encuentra en su fase final con la llegada de líderes políticos que buscan abordar las negociaciones climáticas más desafiantes. Tras un fin de semana de manifestaciones en Belém, el secretario de ONU Cambio Climático, Simon Stiell, enfatizó la urgencia de actuar sin demoras tácticas. La presidenta de la Asamblea General de la ONU subrayó que los negociadores deben avanzar rápidamente para cumplir con las expectativas del público. Brasil propone el "Compromiso de Belém" para cuadruplicar el uso de combustibles sostenibles para 2035. Mientras tanto, movimientos sociales exigen justicia climática y una transición justa en las discusiones sobre financiamiento climático. La Cumbre de los Pueblos ha reunido a más de 25,000 participantes, destacando la necesidad de soluciones creativas y colaboración global ante la crisis climática.
En la COP30 celebrada en Belém, Brasil, las personas desplazadas por el clima exigen medidas de adaptación urgentes. Líderes comunitarios y refugiados de países como Haití y Etiopía destacan que la crisis ambiental es también una crisis humanitaria, afectando la dignidad y los derechos de millones. La Organización Internacional para las Migraciones (OIM) insta a integrar la movilidad climática en los planes de adaptación. Voces como la de Robert Montinard, un refugiado haitiano, subrayan la necesidad de que los afectados sean parte de la solución. La situación se agrava en regiones como Etiopía, donde el cambio climático intensifica conflictos por recursos. A medida que se discuten estrategias en la conferencia, se recuerda que la acción climática debe centrarse en proteger vidas y garantizar que nadie quede atrás.
La COP30, que se celebra en Belém, Brasil, reúne a miles de diplomáticos y expertos climáticos con el objetivo de transformar promesas en acciones concretas para combatir el cambio climático. La cumbre enfatiza la necesidad de menos negociaciones y más financiamiento, buscando obtener 1,3 billones de dólares anuales para inversiones climáticas. Con un enfoque en la Amazonía como un sumidero de carbono crucial, los delegados revisarán planes nacionales y establecerán indicadores globales para monitorear progresos en adaptación al cambio climático. La reunión se considera un punto de inflexión vital para cerrar la brecha de ambición en la reducción de emisiones y garantizar una transición justa hacia economías sostenibles.
El ministro de Agricultura, Pesca y Alimentación, Luis Planas, ha destacado la importancia de modernizar el regadío en España durante el acto conmemorativo del 25º aniversario de la Sociedad Mercantil Estatal de Infraestructuras Agrarias (Seiasa) en Madrid. Planas subrayó que el futuro del regadío se basa en la transición hacia un modelo inteligente y sostenible, impulsado por la digitalización y una gestión eficiente de los recursos hídricos. Con más del 76 % de la superficie de riego modernizada, el Gobierno está invirtiendo más de 2.500 millones de euros entre 2022 y 2027 para mejorar la eficiencia y sostenibilidad en este sector. Esta modernización beneficiará a 750.000 hectáreas y es fundamental para enfrentar los desafíos del cambio climático, garantizando la competitividad y sostenibilidad del medio rural español.
El cambio climático amenaza gravemente la seguridad alimentaria global, con proyecciones que indican una reducción drástica en las cosechas, especialmente en África subsahariana y partes de Asia. Un estudio revela que más del 90% de los países experimentarán disminuciones en el rendimiento de cultivos básicos para finales de siglo, afectando particularmente a naciones con bajo Índice de Desarrollo Humano. Las principales potencias agrícolas también sufrirán pérdidas significativas, con caídas de hasta el 40% en sus rendimientos. La investigación destaca la importancia de reducir emisiones para mitigar estos efectos y garantizar el acceso a alimentos suficientes y nutritivos, enfatizando que la acción climática es crucial para el desarrollo humano y la dignidad.
La degradación de la tierra, impulsada por actividades humanas, ha disminuido los rendimientos agrícolas en al menos un 10% a nivel global, afectando especialmente a Asia y poniendo en riesgo la seguridad alimentaria de 1700 millones de personas. Un informe de la FAO destaca que esta crisis no solo es ambiental, sino que también impacta directamente en los medios de vida y el desarrollo sostenible. Se identifican prácticas insostenibles como la deforestación y el pastoreo excesivo como principales causantes. Sin embargo, restaurar el 10% de las tierras degradadas podría alimentar a 154 millones de personas anualmente. El informe insta a adoptar políticas integradas para promover una gestión sostenible de la tierra.
La deforestación mundial ha mostrado signos de desaceleración, con una reducción a 10,9 millones de hectáreas anuales entre 2015 y 2025, en comparación con los 17,6 millones de hectáreas registrados entre 1990 y 2000. A pesar de este avance, la tasa actual sigue siendo preocupante. Un informe de la FAO destaca que más de la mitad de los bosques globales ahora cuentan con planes de gestión a largo plazo y una quinta parte está protegida legalmente. Sin embargo, la pérdida neta de bosques ha disminuido, pero también lo ha hecho la tasa de expansión forestal. Los incendios y otros factores siguen afectando significativamente las áreas forestales. La evaluación subraya la importancia de los bosques para la biodiversidad, la seguridad alimentaria y el equilibrio ecológico.
El Gobierno de España ha anunciado la celebración anual de una convención sobre la emergencia climática en Ponferrada, según lo declarado por la vicepresidenta y ministra para la Transición Ecológica, Sara Aagesen. Este evento tiene como objetivo evaluar los avances y enfrentar los desafíos relacionados con la crisis climática. Durante la reciente convención, se abordaron temas cruciales como la desinformación climática, la resiliencia hídrica y el papel del sector primario en la mitigación del cambio climático. La iniciativa busca fomentar la colaboración entre administraciones, ciencia y sociedad para desarrollar soluciones efectivas ante esta problemática global.
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La COP30 en Belém se centró en la interconexión entre salud y cambio climático, destacando el lanzamiento del Plan de Acción de Belém para la Salud, que busca fortalecer los sistemas de salud en todo el mundo. La OMS enfatizó que una crisis climática es también una crisis sanitaria. Además, ACNUR presentó el Fondo para la Protección Ambiental de los Refugiados, destinado a proyectos de restauración liderados por refugiados en Uganda y Ruanda. Por último, el PNUMA lanzó la iniciativa Food Waste Breakthrough, con el objetivo de reducir a la mitad el desperdicio de alimentos para 2030. Este evento subraya la necesidad de integrar salud, justicia y acción climática para un futuro sostenible.
El archipiélago de las Islas Salomón enfrenta una crisis existencial debido al cambio climático, que amenaza la vida en sus islas de baja elevación. Sikaiana, un atolón con solo 300 habitantes, es un ejemplo claro de esta situación, donde el aumento del nivel del mar y la escasez de agua dulce complican la vida diaria. Los residentes, como Tuiao y Mary, reflejan la lucha por adaptarse a condiciones cada vez más difíciles. Con el apoyo del Gobierno y la ONU, se están implementando planes de reubicación para estas comunidades vulnerables. La Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Clima abordará este crítico tema, buscando soluciones que respeten la dignidad y el futuro de los isleños.
El huracán Melissa ha sido catalogado como el más devastador en la historia de Jamaica, según el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD). Este fenómeno natural, que tocó tierra el 28 de octubre con vientos de hasta 300 km/h, ha causado daños estimados en un 30% del PIB del país. Las pérdidas humanas y materiales son significativas, con más de 4,8 millones de toneladas de escombros bloqueando infraestructuras esenciales. El PNUD ha asignado fondos iniciales para la evaluación de daños y apoyo a las comunidades afectadas, destacando la necesidad urgente de invertir en la reducción de riesgos ante desastres en un contexto global marcado por el cambio climático.
El calentamiento global, los incendios y las plagas representan una grave amenaza para los bosques del mundo, según expertos de la ONU. En 2021, se quemaron 12,6 millones de hectáreas de bosque, un área comparable a Grecia, y 73 millones de hectáreas fueron afectadas por insectos y enfermedades. A pesar de un aumento del 11% en el almacenamiento de carbono desde 1990, la crisis climática pone en riesgo estos logros. La Comisión Económica de las Naciones Unidas para Europa advierte que si no se toman medidas urgentes en la próxima cumbre climática COP30 en Brasil, los bosques podrían convertirse en fuentes de emisiones de carbono, socavando los objetivos climáticos globales. Se requiere un enfoque renovado en la protección forestal para asegurar su vital función en el ecosistema.
Un nuevo informe del Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA) revela un déficit financiero alarmante de 310.000 millones de dólares anuales necesario para la adaptación climática en países en desarrollo a partir de 2035. Esta cifra es doce veces mayor que los actuales flujos de financiamiento internacional, que solo alcanzan los 26.000 millones de dólares en 2023. Sin un aumento inmediato en la financiación, la adaptación global podría quedar muy rezagada frente a las necesidades crecientes debido al cambio climático. El informe destaca la urgencia de movilizar recursos tanto públicos como privados y subraya que la adaptación no debe considerarse un gasto, sino una inversión vital para proteger vidas y garantizar justicia climática.
La adaptación al cambio climático se vuelve urgente, especialmente para los países en desarrollo que enfrentan escasez de recursos. Simon Stiell, responsable de la ONU para el Cambio Climático, enfatiza la necesidad de que los fondos fluyan inmediatamente para implementar medidas efectivas ante fenómenos meteorológicos extremos. A pesar de que se estima que se requieren entre 160.000 y 340.000 millones de dólares, solo una pequeña parte llega a las naciones vulnerables. Con 67 países en desarrollo presentando planes de adaptación, se busca involucrar a comunidades locales e inversores en la financiación necesaria. La próxima COP30 en Belén abordará estas cuestiones críticas para asegurar un futuro sostenible.
El avance hacia la transición a energías renovables es alarmantemente lento, según un informe de la Agencia Internacional de Energías Renovables (IRENA). A pesar de haber alcanzado un récord histórico con 582 GW de capacidad renovable instalada en 2024, el mundo no está en camino de cumplir la meta de triplicar esta capacidad para 2030. Se requiere una inversión mínima de 1,4 billones de dólares anuales entre 2025 y 2030 y un aumento significativo en la eficiencia energética. El informe destaca la necesidad urgente de integrar objetivos renovables en los planes climáticos nacionales y que las principales economías, especialmente del G20 y G7, lideren el esfuerzo para alcanzar estos objetivos. La modernización de redes eléctricas y el financiamiento climático son cruciales para garantizar una transición energética efectiva.
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