La vida en Gaza se ha convertido en una lucha diaria, donde cada amanecer representa un nuevo intento de sobrevivir y cada anochecer plantea un desafío aún mayor. Desde la destrucción de mi hogar en noviembre de 2023, nuestra tienda ha pasado a ser el único refugio seguro. Mi familia, que antes era parte de mi mundo privado, ahora se ha transformado en las historias que relato al resto del planeta.
Aquí, la existencia es trágica y simple; los habitantes se reconocen entre sí por sus penurias compartidas. Dormir sobre suelo duro, cocinar con leña y la constante búsqueda de una barra de pan han dejado de ser opciones para convertirse en un estilo de vida impuesto por la guerra y su crueldad.
La infancia robada
En el rostro de mi hijo mayor, Ayham, que apenas ha alcanzado los catorce años, se refleja una guerra que le ha arrebatado su infancia y lo ha agobiado más allá de lo imaginable. Ayham se ha convertido en un experto en las rutas de distribución de agua, en el arte del regateo por un trozo de pan y en el transporte de pesados recipientes. Su valentía me llena de orgullo, pero también me provoca una profunda impotencia al no poder protegerlo.
Mi esposa intenta cultivar un oasis de esperanza para nuestros otros hijos. Swar y Saba continúan su aprendizaje a través de un internet intermitente y devoran tantos libros como pueden. Shams dibuja sobre trozos de cartón destrozados, mientras que Momen, nuestro hijo menor de cuatro años, ha registrado el sonido de las explosiones como parte de sus recuerdos infantiles. Nos sentimos impotentes ante sus inocentes preguntas sobre la escuela y la educación, luchando desesperadamente por mantener viva la chispa de la infancia dentro de ellos frente a esta dura realidad psicológica.
Toda una generación amenazada
El Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF) ha informado que más de 625.000 niños en Gaza han perdido su acceso a la educación debido a la destrucción masiva de escuelas y a la falta de un entorno seguro, poniendo en peligro el futuro entero de una generación.
Recorro hospitales, calles y refugios con mi equipo periodístico no solo para documentar eventos, sino también para ser la voz de aquellos cuyas voces han sido silenciadas. Grabo a un niño que padece desnutrición severa, escucho la historia desgarradora de un hombre que lo ha perdido todo y soy testigo del llanto incontrolable de una mujer incapaz de alimentar a sus hijos.
La escena se repite día tras día: miles corren hacia los camiones cargados con harina. No temen el riesgo porque la esperanza por conseguir una barra de pan es más valiosa que cualquier cosa.
Crisis alimentaria inminente
Las víctimas son comunes en las carreteras donde operan los convoyes humanitarios o en los puntos militarizados cada vez que la gente busca alimento. El 29 de julio pasado, la Clasificación Integrada de Fases de Seguridad Alimentaria emitió una alerta indicando que Gaza enfrenta uno de los peores escenarios posibles: hambre extrema acompañada por desnutrición generalizada y enfermedades extendidas debido al colapso total del sistema sanitario.
El valor del dinero local se ha desplomado. Aquellos que tienen fondos en sus cuentas enfrentan comisiones exorbitantes para retirarlos y luego deben lidiar con mercados casi vacíos donde los precios son inimaginables. Las verduras escasean; si están disponibles, pueden costar más de 30 dólares por kilogramo. La fruta y la carne son recuerdos lejanos.
Colapso del sistema sanitario
Según el Programa Mundial de Alimentos (PMA), la diversidad alimentaria es prácticamente inexistente en Gaza; cientos de miles sufren malnutrición aguda debido a dietas desequilibradas. El sistema sanitario está al borde del colapso total: escasean medicamentos esenciales para enfermedades crónicas. Personalmente, no puedo costear los tratamientos necesarios para mis padres con diabetes e hipertensión ni tampoco hay posibilidad alguna para operar a mi hermano herido durante uno de los ataques.
Según datos proporcionados por la Organización Mundial de la Salud, el 85%de los hospitales en Gaza están fuera servicio, mientras que muchos servicios vitales como diálisis y quimioterapia han sido suspendidos, poniendo en riesgo miles vidas.
Tensión constante entre las ruinas
A medida que me muevo entre las zonas hacinadas al oeste ciudadana Gaza, tiendas improvisadas ocupan cada esquina; se instalan sobre aceras o entre escombros dejados por casas destruidas. Según informes recientes desde la Oficina para Coordinación Asuntos Humanitarios (OCHA), más del 85%de los habitantes han sido desplazados internamente debido al conflicto; muchos residen ahora en solo el 12% del área total disponible.
Nadie aquí necesita largas explicaciones sobre lo que implica vivir bajo guerra prolongada durante más 21 meses; basta escuchar unos minutos para comprenderlo: aviones sobrevuelan constantemente nuestras cabezas mientras incursiones silencian todo menos el miedo palpable.
La oscuridad nocturna es absoluta salvo por destellos ocasionados por bombardeos. El miedo no tiene forma visible pero invade todos los rincones entre las tiendas; nos acompaña mientras dormimos sin garantías sobre si despertaremos nuevamente. Caminamos atentos ante cualquier sonido extraño como si esperáramos el final con cada giro inesperado.
Permaneciendo firmes ante el sufrimiento
No queda tiempo ni espacio para sorpresas o tristeza; solo existe tensión constante junto a ansiedades arraigadas profundamente en nuestros genes como sobrevivientes aquí. Esta es una realidad interna que las cámaras rara vez capturan pero constituye nuestra cotidianidad; intentamos comunicarla al mundo exterior.
A veces me siento atrapado entre dos identidades: periodista documentando sufrimientos ajenos y ser humano viviendo esa misma experiencia desgarradora. Quizás sea precisamente aquí donde reside el poder detrás del mensaje periodístico desde Gaza: ser voz desde el corazón mismo tragedia transmitiendo verdades vividas diariamente.
La noticia en cifras
Cifra |
Descripción |
625,000 |
Número de niños en Gaza privados de educación. |
85% |
Población desplazada en Gaza. |
85% |
Porcentaje de hospitales fuera de servicio en Gaza. |
$30 |
Precio por kilogramo de verduras (puede costar más). |
Preguntas sobre la noticia
¿Cuál es la situación actual en Gaza según el corresponsal de Noticias ONU?
La situación en Gaza es extremadamente difícil, con más de dos millones de palestinos viviendo bajo el peso del desplazamiento. La vida diaria se ha convertido en un desafío constante para sobrevivir, marcado por la destrucción y la falta de recursos básicos.
¿Cómo afecta la guerra a los niños en Gaza?
Más de 625.000 niños han sido privados de educación debido a la destrucción de escuelas y la falta de un entorno seguro, amenazando su futuro. Los niños enfrentan una realidad traumática, donde el sonido de las explosiones se convierte en parte de sus recuerdos infantiles.
¿Qué problemas enfrenta el sistema de salud en Gaza?
El sistema de salud está colapsado, con el 85% de los hospitales fuera de servicio y una grave escasez de medicamentos. Los servicios médicos esenciales como diálisis y quimioterapia han sido suspendidos, poniendo en riesgo la vida de miles de pacientes.
¿Qué desafíos enfrentan las familias para obtener alimentos?
Las familias enfrentan una crisis alimentaria severa, donde muchas personas corren riesgos significativos para obtener alimentos limitados. La escasez y los altos precios hacen que conseguir alimentos básicos sea una lucha diaria.
¿Cómo se siente el corresponsal al documentar esta tragedia?
El corresponsal se siente atrapado entre su rol como periodista y su experiencia personal como ser humano que vive esta tragedia. Siente un fuerte deber de ser la voz de aquellos cuyas voces han sido silenciadas.