Las negociaciones para establecer un tratado global legalmente vinculante contra la contaminación por plásticos comenzaron esta semana en Ginebra, con la participación de delegados de casi 180 países. La urgencia de este acuerdo es palpable: sin él, se estima que la producción y los desechos de plástico podrían triplicarse para el año 2060, lo que acarrearía consecuencias devastadoras, incluso para la salud humana, según advirtió la agencia del medioambiente.
Inger Andersen, directora ejecutiva del Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA), enfatizó la necesidad apremiante de un tratado sobre plásticos. «El mundo quiere y necesita un tratado sobre el plástico porque la crisis se está saliendo de control, y la gente está francamente indignada», afirmó Andersen durante el inicio de las negociaciones.
La situación actual es alarmante: «Sabemos que el plástico está en nuestra naturaleza, en nuestros océanos y sí, incluso en nuestros cuerpos. Lo que es seguro es que nadie quiere vivir con la contaminación plástica», agregó.
Un problema creciente
Las proyecciones indican que sin un acuerdo internacional eficaz, los desechos plásticos seguirán aumentando, asfixiando lagos y amenazando tanto a la vida silvestre como a la salud humana. Katrin Schneeberger, directora de la Oficina Federal para el Medio Ambiente de Suiza, subrayó que este problema trasciende lo ambiental y requiere una respuesta colectiva urgente.
Schneeberger también mencionó que los países productores no han solicitado límites en la producción de plásticos, lo cual complica aún más las negociaciones. La búsqueda de un consenso sobre las medidas necesarias tanto en el ámbito de producción como en el consumo podría ser clave para avanzar en las discusiones.
Algunos defensores del tratado lo comparan con el Acuerdo de París, destacando su relevancia crítica. Sin embargo, se señala que ciertos petroestados están ejerciendo presión contra un acuerdo vinculante debido a sus intereses económicos relacionados con los combustibles fósiles utilizados en la fabricación de plásticos.
Cambio necesario
Andersen ha insistido en que «No saldremos de la crisis de la contaminación plástica a través del reciclaje: necesitamos una transformación sistémica para lograr la transición a una economía circular». Con diez días programados para discutir el tratado en Ginebra, los partidarios esperan abordar todos los aspectos del ciclo de vida del plástico desde su diseño hasta su eliminación.
El objetivo es «promover la circularidad del plástico y evitar su fuga en el medio ambiente», según el texto guía elaborado por el Comité Intergubernamental de Negociación. Este documento contiene 32 borradores que serán debatidos exhaustivamente durante las negociaciones.
A medida que avancen las conversaciones, Andersen destacó que algunos países tendrán que enfocarse en reducir su producción mientras otros deberán centrarse en mejorar sus sistemas de reciclaje o buscar alternativas al uso del plástico. «Creo que hay mucha buena fe en el grupo de trabajo en este momento», concluyó.
Desafíos globales
A raíz de una decisión tomada por los Estados Miembros en 2022, se busca desarrollar un instrumento internacional jurídicamente vinculante para abordar esta crisis ambiental dentro de un plazo definido. El desafío es monumental: pajitas, vasos y bolsas son solo algunas de las formas en que los microplásticos contaminan océanos y vertederos.
Andersen recordó su experiencia reciente en Pakistán tras inundaciones devastadoras donde observó cómo los desechos plásticos contribuían significativamente al desastre: «Estamos aquí para encontrar soluciones sin dejar a nadie atrás mientras garantizamos que la rueda económica siga girando».
Expectativas ambiciosas
Activistas presentes durante las negociaciones expresaron su esperanza por alcanzar un tratado ambicioso. Shellan Saling, presidenta interina de la Red de Acción Plástica Juvenil desde California, destacó cómo el plástico impacta diversas áreas: «Afecta todo, desde el cambio climático hasta nuestra salud y fertilidad».
Cualquier tratado resultante deberá ser robusto y adaptable a las distintas necesidades y enfoques nacionales respecto al diseño, producción y reciclaje del plástico. Andersen enfatizó que debe resistir la prueba del tiempo si se espera abordar efectivamente esta crisis global.
Preguntas sobre la noticia
¿Qué se está negociando en Ginebra?
Se están llevando a cabo negociaciones entre delegados de casi 180 países para acordar un tratado global legalmente vinculante que combata la contaminación por plásticos.
¿Por qué es importante este tratado?
Es crucial porque, a menos que se firme un acuerdo, se prevé que la producción y los desechos de plástico se tripliquen para 2060, lo que causaría daños significativos a la salud humana y al medio ambiente.
¿Qué consecuencias tiene la contaminación por plásticos?
La contaminación por plásticos está asfixiando los ecosistemas acuáticos, dañando la vida silvestre y amenazando la salud humana. Además, el plástico se ha encontrado en nuestros cuerpos y en la naturaleza.
¿Cuál es el objetivo del tratado propuesto?
El objetivo es promover una economía circular del plástico, cubriendo todo su ciclo de vida desde el diseño hasta la producción y eliminación, evitando así su fuga al medio ambiente.
¿Qué comparaciones se han hecho con otros tratados internacionales?
Los partidarios del acuerdo han comparado su importancia con el Acuerdo de París sobre cambio climático, destacando la necesidad de acción colectiva y urgente frente a esta crisis global.
¿Cuáles son las expectativas respecto al tratado?
Se espera que cualquier tratado firmado sea lo suficientemente sólido como para satisfacer las necesidades de todos los países involucrados y que resista la prueba del tiempo.