La toga ya no arropa la ley, sólo delata sumisión ideológica
Reconozco que durante varios días me he encontrado bajo de ánimo y sin ganas de escribir, al observar el desolador panorama actual de nuestro mundo.
Esta vez va en serio, el peligro es real, muy real y no podemos ni debemos pasar de él. ¡Hay que reaccionar ya!
En este 2025 que acabamos de iniciar se cumplen 50 años de la muerte del dictador Franco, que aterrorizó a sangre y fuego nuestro país durante décadas.
Quienes desde la derecha, centro, o izquierda se consideren demócratas, deben coincidir en que el mayor peligro para esa democracia y por tanto para nuestra libertad hoy en día son las mentiras, manipulaciones, bulos, o lo que algunos bienintencionados denominan “fake news”, quizás para que al ponerlo en ingles adquiera una menor relevancia.
Vivimos un instante especialmente duro y negro. Susceptible de empeorar si en apenas 24 horas desde que escribo esta reflexión Trump es capaz de ganar las elecciones en EE.UU.
Como dice el cantautor Andrés Suárez en una de sus canciones, "si quieres, hacemos el verano algo más largo". Pero aunque siempre fuera deseable, lo cierto es que va llegando a su fin, si bien, por desgracia, no terminarán algunos de los acontecimientos que nos han acompañado en los últimos meses.
|
SmartVote es una nueva iniciativa europea diseñada para empoderar a los votantes en España y Portugal frente a la desinformación. Utilizando inteligencia artificial de manera ética, el proyecto busca ayudar a los ciudadanos a identificar noticias falsas y tomar decisiones informadas durante las elecciones. Con un enfoque en la formación ciudadana y el pensamiento crítico, SmartVote responde a la creciente desconfianza en las noticias, promoviendo una democracia más participativa. Coordinado por la Fundación Cibervoluntarios y respaldado por varias instituciones académicas, este proyecto también se alinea con iniciativas como "Comprometidos con la Verdad", que abordan el impacto de la desinformación en la sociedad.
En un momento de perplejidad y parálisis de las izquierdas, especialmente de sus partidos políticos, supone una bocanada de aire fresco ilusionante la iniciativa que hace unos días lanzó en Italia el intelectual y periodista Michele Serra.
El Ministerio de Igualdad de España ha presentado un estudio pionero sobre la situación de las personas LGTBI+ con discapacidad, realizado en colaboración con el Ministerio de Derechos Sociales. Este informe revela altos niveles de discriminación en ámbitos como la educación, la atención sanitaria y el empleo, afectando especialmente a mujeres y personas no binarias del colectivo. La ministra Ana Redondo destacó la importancia del estudio para avanzar en derechos y libertades, y su potencial para guiar políticas públicas que promuevan la igualdad y eliminen obstáculos. Los resultados subrayan la necesidad de visibilizar estas realidades y abordar problemas de salud mental derivados de la discriminación.
Escribo esta reflexión en el final de un año 2024 que ha sido especialmente negro, en lo político, social, meteorológico, aquí y allí. Solo el aspecto económico en nuestro país se ha librado de ese tono oscuro.
Hemos salido de la reciente tragedia de las inundaciones de Valencia con un ambiente tenebroso, oscuro y sin apenas darnos tiempo para reponernos nos hemos encontrado de sopetón con las elecciones de EE.UU. y la victoria de Donald Trump ha sido contundente, mucho más de lo que los más pesimistas de entre nosotros preveían.
Con un Partido Popular echado al monte, desbocado, una extrema derecha, incluida la que convive en el seno de ese partido, que sigue sin ningún pudor lanzando bulos, mentiras, difamaciones, e insultos, con algunos estamentos de la justicia haciéndoles el juego sucio y ante la inacción de una izquierda perpleja, en algún momento se debe gritar alto y fuerte; ¡basta ya!
Comenzamos un nuevo curso, pero con desavenencias y argumentos viejos.
|