HISPANIDAD. Oligopolio de los "señores de la prensa"
miércoles 22 de octubre de 2014, 12:37h
Los "señores de la prensa" son los propietarios de los grandes multimedia que cada vez son menos y más grandes. Forman un auténtico oligopolio cultural, el peor de los oligopolios posibles. En España, se cuentan con los dedos de una mano y sobra alguno. Es más, podríamos reducirlos a cuatro: PRISA-Sogecable, del señor Polanco, el grupo El Correo (de las familias Ybarra y Bergareche) y Recoletos- El Mundo, de Pearson-Financial Times y el propietario de Admira, Telefónica. Es decir, que si los cuatro señores, Jesús Polanco, José María Bergareche, Jaime Castellanos y César Alierta, decidieran manipular la información que reciben los 40 millones de españoles podrían hacerles creer que París es la capital de España. Cuatro señores que pueden controlar a 40 millones, es decir, que salen a 10 millones por cabeza.
No pretenden tal cosa, y no hace falta que firmen un pacto ideológico, porque todos ellos tienen la misma ideología: el primer punto de su ideario es la cuenta de resultados, el segundo, el respeto casi mítico a las grandes empresas, en especial a los grandes anunciantes y un cierto progresismo social lo suficientemente vago para que quepa todo. Es decir, que su ideología es la ausencia de ideología... y a veces hasta de ideas.
La única discrepancia, necesaria para mantener la entelequia del pluralismo informativo en España, es que Polanco apoya al PSOE y Alierta y Recoletos-El Mundo apoyan al PP, mientras El Correo...según depende, aunque marxistas leninistas más bien no son. Los señores de la prensa nunca discuten entre sí por ideas sino por intereses. Lo suyo es una batalla por la cuota de mercado y por la cuenta de resultados. Forman parte del mismo club de los elegidos. Su enemigo, su verdadero enemigo, son los medios de comunicación pequeños. Especialmente aquellos a los que no pueden controlar. Para ser más exactos: la prensa gratuita e Internet.
Contra la prensa gratuita ya ganaron una importante batalla. A costa de torcerle el brazo al Ayuntamiento de Madrid, consiguieron que este lanzara una ordenanza que habría firmado cualquier ministro de información y Turismo de Franco, salvo los más liberales del franquismo: horario de venta (de regalo) reducido a cuatro horas, no actuar cerca de cualquier quiosco, etc, naturalmente en nombre de ¡la libre competencia! No les gusta la prensa gratuita porque es gratuita, y por eso presionan para terminar con una opción informativa... en nombre de la libertad y de la mano de la autoridad correspondiente.
Pues bien, ahora, esos medios (no Telefónica, porque no posee medios escritos) han lanzado otra batalla contra otro colectivos de medios informativos pequeños: los de Internet, como este que está usted leyendo. Los señores de la prensa se han constituido en una asociación, de nombre Gedeprensa, en defensa de "la propiedad intelectual". Afirman que todo aquel que, por medios escritos o electrónicos, realice resúmenes de prensa, aunque citen la fuente de procedencia, deberá pagarles un canon y solicitarles una licencia. La mayoría de esos resúmenes circulan por Internet, y no es casualidad que se haya constituido Gedeprensa justo en el momento en el que la mayoría de esos medios (El Mundo, Expansión El País) comienzan a cobrar por sus contenidos en la Red. Sería muy discutible la conclusión de que esos resúmenes les quitan lectores o les agregan, precisamente porque son resúmenes, pero esa no es la cuestión ni el objetivo final de los conjurados.
Decía Adam Smith que cuando varios empresarios se reúnen alrededor de una mesa lo más probable es que estén preparando una conjura contra el consumidor, por lo general para elevar los precios. De lo que no habló Smith es de la desfachatez de quien pretende elevar los precios y ganar más dinero... en nombre de los derechos de autor.
Porque, además, los conjurados de Gedeprensa, están atentando contra las bases de datos y de documentación, a las que también exigen el canon. Es decir, empresas que facilitan a sus clientes toda la información que sobre ellos ha surgido en los medios informativos.
La verdad es que lo que menos les preocupa a los señores de la prensa son los resúmenes de prensa, sean en papel o electrónicos. Es más, podría darse la jocosa situación de que una empresa o un organismo público, donde los servicios de comunicación elaboran diariamente un resumen de prensa para su presidente, tuviera que someterse también a la obtención de licencia y la satisfacción de un pago. Según Gedeprensa, los primeros que incumplen la ley son el presidente del Gobierno y SM el Rey, cuyos servicios de comunicación les facilitan resúmenes.
Pero todavía no hemos llegado al punto crucial: lo que realmente les preocupa a los señores de la prensa es la existencia de medios exclusivamente electrónicos, ahora llamados confidenciales. Medios pequeños, que han aprovechado la plataforma de Internet para informar sobre lo que los grandes no quieren informar. Internet se ha convertido en un paraíso de libertad, y a El País, Recoletos, o El Correo les fastidia mucho esa competencia, a la que continuamente denigran con todo tipo de campañas de desprestigio. Estos medios electrónicos, estas páginas WEB, disponen de menos medios pero de más libertad... precisamente por su pequeñez.
Los grandes medios se guían por lo políticamente correcto y por la sumisión a las grandes corporaciones industriales y financieras. Con estas firman contratos anuales de publicidad, a cambio de que no molesten más de lo necesario. Y los grandes multimedia se encargan de que sus redactores sean dóciles. La prueba del nueve es esta: cualquier lector de periódicos puede encontrar, todos los días, furiosas críticas contra José María Aznar o Rodríguez Zapatero: les retamos a encontrar las mismas críticas sobre cualquier banquero o empresario de primera línea.
El ataque ha comenzado con los resúmenes de prensa, pero el objetivo final son los hoy llamados confidenciales, o medios electrónicos de pequeño formato. Al enemigo, ya se sabe, hay que matarlo de pequeño, no vaya a ser que crezca más de lo debido... en nombre de la libertad de mercado y de los derechos de autor, naturalmente. ¿Qué sería de nuestra libertad de información sin los señores de la prensa?