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Potenciando el Uso de ciertas Herramientas en un Diario Digital: el caso de la Interactividad (Parte I de IV)

Manuel Frascaroli // www. razonypalabra.org.mx

miércoles 22 de octubre de 2014, 12:37h
Para hablar de interactividad en los medios digitales se puede apelar a diferentes definiciones, que consideran de distinto modo los instrumentos y la relación de la audiencia con el medio. Así se ha planteado que esto debería inclusive permitir seleccionar qué información desean los lectores y en qué orden; interactuar con miembros de la redacción y otros usuarios, y hasta contribuir (aunque sea potencialmente) en la generación de contenidos.

Potenciando el uso de ciertas herramientas en un diario digital
Si bien en los diarios digitales existen esbozos de interactividad aún son limitados, como en la selección de contenidos, el lector puede optar por recibir por e-mail determinadas secciones o suplementos del diario en función de sus preferencias individuales, y en algunos casos generar en los servicios de alerta como el provee el New York Times, sobre algunos temas en particular.

Respecto de la interacción con los miembros de la redacción y otros usuarios nuevamente nos encontramos con ciertas variantes, aunque siempre con limitaciones, como la publicación de una o varias direcciones institucionales del diario hasta la publicación del mail de cada periodista en cada información, a los chats y foros que constituyen puntos de encuentro virtual entre los lectores y con los miembros de la redacción que participen.

Boczkowki (1999) nos señalaba ya algunas diferencias en cuanto a modalidades de interacción con los lectores a través de la experiencia de un diario estadounidense donde se introdujo un conjunto de dispositivos tecnológicos tales como el intercambio de correos electrónicos para recibir los comentarios de los lectores y la exposición pública de esos intercambios. Una sección que originalmente se llamaba Mossberg’s Mailbox por el nombre del periodista que la desarrollaba, pasó a denominarse Question and Answer’ del The Wall Street Journal Interactive Edition.
Inicialmente se citaba a los lectores anónimamente y a veces se cambiaban la formulación de las preguntas o se agrupaban varias inquietudes en una pregunta reformulada, para luego modificar esta mecánica y ahora reproducir los mensajes identificando sus autores. En cambio otro periodista que desarrollaba la columna The Front Lines Forum, había respetado siempre la identidad del lector y sin alterar el mensaje, dándole un rol más importante y un tono más conversacional.

Estas dos formas de trabajo condujeron a dos resultados editoriales diferentes como producto de la mediación introducida por los cambios tecnológicos y sociales. Pero, ambos columnistas reconocieron que la comunicación fue mas fluída con su audiencia vía e-mail en comparación con otros intercambio anteriores mediados por la tecnología tales como el teléfono y las cartas postales, lo que influenció sus practicas periodísticas, sin embargo los dos periodistas eran conscientes que los lectores con acceso a Internet no son una muestra representativa de la audiencia del diario impreso, aclara el autor.

A partir de éste ejemplo Boczkowski plantea se pueden ver dos cuestiones: que hay un contacto creciente entre el periodismo y su audiencia que afectó a los medios audiovisuales e impresos preexistentes. Como sugiere la experiencia de Mossberg y Petzinger Jr., el periodismo digital puede conducir a un mayor conocimiento de las prácticas de la audiencia, y hacia fuentes de contenido mas variadas. A mayor escala varios analistas ya se han cuestionado acerca de la capacidad que tiene la publicación online para desafiar las relación tradicional autor-lector (Morris and Ogan, 1996; Newhagen, Cordes and Levy, 1995)1. Y que la tecnología ya juega un papel importante en el trabajo de los periodistas y directores periodísticos.

En cuanto a la generación de contenidos, es aún más acotada esta opción, ya que todavía son más bien escasos los diarios que han constituído su propio weblog, o la implementación de foros (suelen ser por temas puntuales siempre propuestos por el medio), y unas pocas cartas al director, aunque algunos medios nacidos en la web han instrumentado la posibilidad de añadir comentarios a continuación de la notas y un diario coreano se redacta con la información enviada por los lectores básicamente.

Pero la interactividad como una de las características más importante en la relación entre los lectores y los medios de comunicación con presencia en Internet puede presentarse en distintos estadios y modelos de desarrollo, todos cercanos a un incipiente nacimiento, aunque prácticamente todo producto exitoso online debe necesariamente contar con un buen desarrollo de esta característica para crecer y captar el interés de los usuarios.

Ann Light, de la Universidad de Sussex, en Gran Bretaña, distinguió dos modelos de interactividad como resultado de su análisis a medios británicos. En el primero, que llama "inclusivo", existe una tendencia a colaborar con la audiencia para crear el producto. La propuesta de participación es concreta, de actualidad, sobre aspectos que afectan al usuario directamente, basada en la experiencia personal e influyente; es decir, la contribución del usuario tiene un efecto en el medio, ya sea en contenidos de la web o de otros productos informativos.

Por contra, en el segundo modelo, que denomina "autoritario", la participación está desvinculada del producto informativo y tiene una orientación más de servicio. El medio persigue reforzar su posición de referencia. Para ello, ofrece herramientas útiles al lector, como información personalizada y buscadores, pero cuando incluye canales de comunicación online (como buzones de correo electrónico) lo hace para atender demandas, no para buscar la colaboración del usuario, que se percibe como una pérdida de su predominio.

El modelo colaborativo "transforma a las audiencias en participantes potenciales, productivos", mientras su contrario "las transforma en consumidores individuales". Ambas modalidades no son excluyentes y pueden ser utilizadas por el mismo medio con objetivos distintos, aclara Light, especialmente en un momento en que los proveedores de información no disponen de una fórmula clara.

La importancia que los medios online dan a la interactividad y al papel de sus lectores se comprueba no sólo a través de sus opiniones e impresiones sino desmenuzando metodológicamente sus historias. ¿Son abiertas, es decir puede el usuario interactuar con el contenido, o cerradas; no puede? ¿El modelo de comunicación es uno-hacia-uno, uno-hacia-muchos, muchos-hacia-uno, muchos-hacia-muchos? ¿Moderada o sin control de ningún tipo?

Sobre 30 páginas principales de medios online considerados innovadores, menos de un tercio permitían una interacción con el contenido más allá de leer, ver o escuchar, según el análisis del lenguaje informativo en Internet que realizó Nora Paul, directora del Institute for New Media Studies de la Universidad de Minnesota. Otra prospección sobre las 39 historias más destacadas por su uso del medio en InsertTextHere mostró que el 70% de ellas ofrecía únicamente comunicación unidireccional2.

En otros casos, Paul demuestra que las historias interactivas interesan más a los lectores. La directora asegura que Internet ha producido un cambio de paradigma en el proceso de creación de información, que pasa de ser controlado por el productor de información a involucrar al usuario. Y avisa: "la clave para entender este cambio y utilizar con éxito el entorno digital como un espacio para crear informaciones es conocer a tu audiencia".

Pero parece que los periodistas no están muy interesados en conocer a su audiencia ni en tomar contacto con ellos. Especialmente en Gran Bretaña, donde Phil MacGregor, de la Universidad de Bournemouth, entrevistó a responsables de los principales medios con presencia online en ese país, entre ellos The Guardian, AOL, CNN y BBC News Online. Y posiblemente pueda tomarse aquella muestra cómo útil para muchos mercados como los occidentales donde las diferencias periodísticas entre países no son tan abismales como para no extrapolar los resultados.

Pese a que los datos que se extraen son muchas veces "frustrantes" y excesivamente "numéricos", McGregor constata en su estudio que estos "no siempre se buscan, no siempre se consultan, no se utilizan con consistencia y se evalúan junto con muchas otras variables invisibles en práctica". La tradicional costumbre de "trabajar por corazonadas, por valores periodísticos conocidos, con ignorancia de la audiencia, sigue viva", añade MacGregor.

El periodismo online sigue, a grandes rasgos, utilizando esquemas de toda la vida, en los que la audiencia es una masa uniforme y lejana. La interactividad como herramienta de trabajo y esquema mental no forma parte aún de la práctica periodística diaria.

Aunque exista cierta resistencia o desconocimiento por aprovechar el potencial de la interactividad, ya se han puesto en práctica algunas técnicas que han resultado positivas, así una receta válida es colocar al lector en el foco de atención y hacer que interactúe con el diario permanentemente. Como en “Amazon.com”, uno de los negocios más renombrados de Internet, donde se le pide al cliente que escriba su opinión sobre los libros que leyó, los diarios podrían seguir el ejemplo y pedirles a sus lectores que participen en foros de discusión o en encuestas de opinión, votar por los artículos leídos y recomendar, por qué no, otros vinculados con el tema. El diario puede hacer transparente esta participación y, por ejemplo, indicar los artículos más leídos.

Un estudio de la Universidad de Pennsylvania demuestra que, de este modo, se desarrolla un fuerte efecto de imitación y se produce una avalancha de clics sobre los primeros puestos. Así es que Clarín incorporó el listado de las 10 notas más leídas del día, tras La Nación que permite conocer las primeras 15 notas más vistas y revisar el ranking del día anterior además del actual. Algo que los diarios españoles El Mundo y El País venían aplicando y que en éste último tiene un desarrollo interesante, permite al lector recomendar la nota, la posibilidad de ver a continuación la escala de notas más recomendadas y la lista de las más visitadas o conocer las estadísticas de una nota individualmente, mostrando la cantidad de visitas, el numero de recomendaciones, de impresiones y de envíos por “e-mail”.

Pero no todos los medios y más bien pocos han asimilado la posibilidad de feedback entre el medio y sus lectores. No se ha superado esa casi única instancia de participación como la Carta al Director de las ediciones impresas, e inclusive no se ha superado la limitación impuesta al formato de papel por su extensión, ya que la capacidad cuasi infinita para publicar un mayor número de correspondencia no se implementa y normalmente se traspone las mismas cartas elegidas para la edición impresa.

Bien podrían publicarse a la vez las mismas cartas en ambas ediciones sumándole a la edición digital el plus de contar con un número importante de cartas de otros lectores que jamás tendrían cabida en el papel. Facilitar e implementar esta comunicación como con los restantes mecanismos de participación puestos a disposición del lector son las vías adecuadas para construir y afianzar la relación del lector con el medio y promover su sentido de pertenencia y participación.

Frente a esto, Albarrán de Alba también encuentra que los diarios mexicanos mantienen un esquema de comunicación unidireccional, condenando al usuario como en las ediciones impresas a ser un mero receptor, ya que son pocos los medios que exponen algún tipo de interactividad.

Hay una gran disparidad de formas de aplicar algunas herramientas de interactividad y también en ello, se percibe cómo los diarios entienden el nuevo medio. En realidad la participación del lector según la adecuación de los sitios a esos lineamientos que más se acercan a lo que considera una de las características propias de Internet, la interactividad, permiten determinadas opciones, tales como disponer para foros de opinión, diversidad de encuestas, chats, la carta de los lectores –sin la limitación del papel- y hasta la publicación de e-mails donde el lector puede comunicarse, desde un listado de los integrantes de la redacción en todo en parte de su extensión, o bien en la inclusión del mail correspondiente a la firma del periodista en cada nota, cuando estas la incluyan, permitiendo que el lector se ponga en contacto directamente con el periodista y le acerque desde su impresión por la información publicada hasta aspectos desconocidos u aportes originales que jamás hubieran podido estar accesibles a primera instancia para el periodista de la redacción.

En esto no hay reglas claras que sigan ni siquiera con cierta homogeneidad un mismo medio, como Clarín que luego de un tiempo deshabilitó la opción de abrir una pequeña ventana donde figuraban los nombres y los correos electrónicos de los editores de algunas áreas informativas, o La Nación que restringía esta variante a una sola dirección de mail a una dirección común para la redacción de la versión digital. Por el contrario “La Voz del Interior”, propiedad de Cimeco y participada por las empresas editoras de los dos diarios citados y por el Grupo Vocento, en su momento Correo3, incorporó la dirección de e-mail del periodista a las notas firmadas y “La Mañana de Córdoba” venía de tener un “mail” general de la redacción –única- en la barra de navegación superior y una dirección de mail de cada sección al pie de la nota según corresponda ésta, para ofrecer ahora todo ello en un listado de contactos con las direcciones e-mail de cada sección todas juntas.

Posteriormente, tanto Clarín, La Nación, como La Voz del Interior y una gran variedad de diarios de todo el mundo, evolucionaron hacia lo que se considera es la mejor opción, el correo de cada periodista junto a su firma o bien que el nombre del autor contenga un enlace velado a su e-mail. Esta opción resulta satisfactoria y eficaz aún en el caso de los periodistas que poseen un weblog enlazado desde el medio, ya que para éste caso será conveniente diferenciarlo haciendo mención a que tipo o categoría de link se refiere, como cuando se aclara que son notas relacionadas, enlaces externos, etc.

En éste sentido, una investigación en el 2000 encontró que en la mayoría de los casos las formas de comunicación propuestas no hacen más que seguir el modelo de las tradicionales cartas de lectores desarrollado por los medios impresos4. El uso del correo electrónico en ámbitos que no hayan sido explorados anteriormente por el diario impreso es bastante más escaso. La comparación entre las versiones digitales que ofrecían una dirección de correo electrónico de los editores de secciones o de los redactores del diario confirmaba esa tendencia. Así mientras el 100 por ciento de los diarios argentinos estudiados ofrecía el primer servicio, tan sólo el 12 por ciento facilitaba adicionalmente los correos de los miembros de la redacción. Finalmente en los últimos años la situación ha comenzado a revertirse y en la actualidad ya esta bastante generalizado la inclusión del correo electrónico del autor de cada nota.

Mediante la sección llamada Newsroom de The Earth Times, en la que el lector puede dar sus opiniones, hacer preguntas y observaciones sobre el sitio y sus contenidos, se ha pretendido crear una cibercomunidad entre sus lectores. Los comentarios que se realizan van dirigidos directamente a los periodistas y editores, de los que se ofrece el nombre y e-mail. Aparecen las fotos de todos ellos, esta es una manera de involucrar al lector pues conoce la cara de a quién se dirigen.

Según George Shirk, editor en jefe de Wired News, para que la prensa en Internet logre un lugar privilegiado es una condición indispensable que interactúe con su lector, a través de lo que él denomina "periodismo de colaboración". Por ese motivo, Wired News creó dentro de la página un espacio en el cual los navegantes pueden enviar sus propias experiencias cotidianas para colaborar con las noticias del día5.

Rob Fixmer, editor tecnológico del New York Times, ejemplificó cómo la edición de un diario en Internet puede diferir de uno impreso. “Si estamos dispuestos a ser exitosos debemos hacer las cosas de una manera diferente”. Esto incluye proveer para acompañar a las notas, una calculadora de impuestos para ver cómo se verán afectados por el plan de impuestos propuestos por un candidato, un cuestionario acerca del cáncer de mama que permite a las mujeres darse cuenta si deberían hacerse una mamografía, una simulación por computadora de una teoría que habla de cómo la gente se muda de barrios cuando están compuestos por menos que un cierto porcentaje de personas de su mismo grupo étnico6.

A diferencia de los medios tradicionales, en los medios digitales la línea de crédito o firma del periodista, se convierte en un elemento de recuperación de información según López, Gago y Pereira, quienes sostienen además que: “ya no son simplemente una información de contexto, sino que se pueden convertir en una entrada para llegar al resto del mensaje periodístico”. Aunque no es un link más en el sentido estricto, ya que más que permitir recuperar información posibilita la interactividad del lector con el periodista.

Aunque si permite la recuperación de información para aquellos casos en que el enlace velado o incrustado no remite a la dirección de correo electrónico del autor de la nota sino que enlaza a su weblog, tal como hicieron aquellos medios que tuvieron por ejemplo corresponsales o enviados especiales a conflictos armados como la invasión estadounidense a Irak.
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