Polémica entre los organizadores de la Campus Party y la SGAE

Lo que parecía ser una gran fiesta informática se está convirtiendo en el blanco de mira de acusaciones en las que se ponen en juego políticas e intereses. La polémica comenzó por las acusaciones que la Sociedad General de Autores vertió sobre la organización de la fiesta. El organismo denunció una posible ‘vulneración de los derechos de autor’. A pesar de considerar esta fiesta como ‘positiva’ aseguró que en estos encuentros que, en teoría, ‘promueven la llamada Sociedad de la Información’, ‘en los últimos años se viene produciendo una sistemática vulneración de los derechos de Propiedad Intelectual en el transcurso de los mismos’. ‘Un buen número de los asistentes a esos encuentros utilizan las infraestructuras puestas a su disposición por los organizadores para intercambiar allí mismo obras musicales y audiovisuales protegidas por la Ley de Propiedad Intelectual’, afirmó. Unas medidas que ‘serían ilegales’ y cuyos propietarios ‘estarían legitimados para ejercer las acciones judiciales que correspondan’. En este sentido hizo referencia a que ‘estos creadores, como cualquier otro trabajador, aspiran legítimamente a percibir una compensación económica por el esfuerzo que invierten en realizarlas’, y esta compensación ‘no se produce cuando se usan de manera ilegal. Lo que se produce, en cambio, es un robo de su salario’.

A su juicio, la Sociedad de la Información ‘debe cimentarse sobre la protección y defensa de los derechos de autor, y nos preocupa que este tipo de encuentros puedan dar carta de normalidad a una práctica que supone la vulneración de un principio de de justicia para con los propietarios y productores de las obras musicales y audiovisuales’.

Por su parte el responsable de esta fiesta informática, Francisco Ragageles, respondió a las acusaciones de la SGAE afirmando que ‘cada uno puede usar la red para lo que quiera’, defendiendo una actitud ‘positiva’ que consiga una ‘concienciación de los usuarios frente ala piratería.
‘No somos quién para limitar el acceso de los participantes a cualquier tipo de red’, afirmó. La Campus Party no instalará servidores para sistemas P2P( que conecta computadoras directamente para compartir archivos sin un servidor central) porque ‘jamás ha habido uno’, señaló, pero tampoco filtrará a los participantes la entrada a este tipo de servicios 'on line'.

Como muestra del compromiso de la organización con la lucha antipiratería, ha organizado además, un ciclo de conferencias y ‘charlas divulgativas sobre concienciación’ para que los usuarios ‘entiendan lo que está bien y lo que está mal’. Ragageles se muestra partidario de que la SGAE, en lugar de criticar a la Campus, participe para ‘contribuir en esta labor formativa, especialmente en un evento masivo de estas características’.

Cerca de 5.000 personas participarán este año en la Campus Party y, según la organización, descargarán información desde Internet equivalente a 55 veces el contenido de la Biblioteca Nacional.