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Reporte sobre la libertad de prensa, 2003 (Parte III de III)

Reporteros sin fronteras / Fuente: www. pulso.org

miércoles 22 de octubre de 2014, 12:37h
En Gabón, el presidente Omar Bongo, en el poder desde 1967, echó el cerrojo sobre la prensa independiente. La progresiva compra de los periódicos independientes por el clan presidencial está generando la creación de una prensa gabonesa monocolor. En Ruanda, fue embargado en tres ocasiones, en 2003, el único periódico independiente. Desde 2001, ya no existe prensa privada en Eritrea, donde las autoridades se burlan de las presiones de la comunidad internacional. Finalmente, en Suazilandia, a algunos periodistas se les suspende frecuentemente por criticar al rey, y el gobierno controla estrechamente toda la información, pública y privada. En Irán, la censura es severa. La prensa reformista se ve estrechamente controlada, cuando aborda asuntos como el caso Kazemi, o la firma del protocolo nuclear. El juez Said Mortazavi de Teherán, gran censor de prensa iraní, suspendió a trece periódico, por un tiempo que puede llegar hasta los cinco años. En Argelia las autoridades acosaron a los periódicos privados, impidiéndoles aparecer durante varias semanas. A pesar de la cercanía de la campaña de las elecciones presidenciales de abril de 2004, las autoridades no dudaron en expulsar a varios corresponsales de la prensa francesa, con la esperanza de impedirles cubrir la liberación de los dirigentes históricos del Frente Islámico de Salvación (FIS). En Oriente Medio, la cobertura de la guerra de Irak reveló el alto nivel de censura, pero sobre todo de autocensura, de la prensa árabe. En Yemen, Siria y Palestina, la captura de Saddam Hussein, por ejemplo, solo la contaron tímida y parcialmente las agencias de prensa gubernamentales. En Siria, fue definitivamente suspendido el semanario satírico Addomari, el único periódico independiente, tras un mes de acoso administrativo. A pesar de la aparición de algunos debates impensables hace algunos años en la prensa local, Arabia Saudí sigue siendo el reino de la censura.
En Jordania, la participación del gobierno en el capital de los medios de comunicación y la frecuente vigilancia, en las imprentas, del contenido de los periódicos, contradicen las declaraciones oficiales a favor de la libertad de prensa. En Líbano, donde chocan de frente los intereses políticos y mediáticos, al canal privado de televisión New Televisión (NTV), famoso por sus críticas del gobierno, le prohibieron varios de sus programas.

En Turkmenistán, el país más represivo de la ex URSS, la censura es total y los medios de comunicación tienen la única función de alabar los méritos del presidente Nyazov. En Uzbekistán, a pesar de la abolición de la censura oficial en 2001, los medios solo pueden abordar los temas autorizados. Durante la guerra de Irak, las autoridades interrumpieron la difusión de la televisión rusa, en desacuerdo con la postura pro-norteamericana del país. En Bielorrusia, el régimen de Alexandre Lukachenko suspendió, o impidió aparecer, a más de diez periódicos independientes, y prohibió a la televisión rusa NTV trabajar en su territorio.Muchos regímenes abusan de la lucha legítima contra el terrorismo, para mantener a la prensa en libertad vigilada. Es, entre otros, el caso de Túnez, donde prensa privada rima con prensa dócil; y el de Marruecos, donde la ley antiterrorista limita severamente el tratamiento de la vida política.

En Irak, el gobierno provisional prohibió al canal por satélite Al-Arabiya operar en el país, acusándole de "incitar a la violencia", con la difusión de grabaciones sonoras atribuidas a Saddam Hussein y a grupos armados iraquíes, que combaten contra las tropas norteamericanas. En Colombia, la ley antiterrorista aprobada en 2003 amenaza el secreto de las fuentes. Da al ejército poderes de policía judicial, y así puede efectuar escuchas telefónicas, registros e interceptaciones de correo, sin mandato. Así, desde la llegada del presidente Álvaro Uribe Vélez al poder en 2002, el gobierno aparece cada vez más como una potencial amenaza para la prensa. En España, la lucha contra la organización terrorista vasca ETA araña la libertad de prensa. "Medida preventiva", presentada como provisional, el cierre del periódico en lengua vasca Euskaldunon Egunkaria, en realidad duró casi todo el año.

La libertad de prensa víctima de los conflictos
Aparte de la guerra de Irak, los restantes conflictos armados del planeta también fueron una dura prueba para la libertad de prensa.

Para los reporteros rusos y extranjeros, se ha vuelto casi imposible efectuar una cobertura independiente de la guerra en Chechenia, a causa de las trabas del ejército ruso y del riesgo de raptos. Un corresponsal de la Agencia France-Presse (AFP) fue secuestrado en julio.

En Liberia, la reanudación del conflicto tuvo graves repercusiones en la libertad de prensa: dos periodistas resultaron heridos de bala, y decenas agredidos y secuestrados. En Costa de Marfil, la guerra civil generó numerosos atentados a la libertad de prensa. Se han censado decenas de casos de periodistas detenidos, agredidos o amenazados.

En Indonesia, mataron a dos reporteros tras la proclamación de la ley marcial en Aceh; al menos otros cinco fueron detenidos, y una veintena agredidos, o alcanzados por disparos. En esa provincia separatista, los militares interfieren en la información y controlan la actividad de los periodistas. Varios corresponsales extranjeros, entre ellos el periodista norteamericano William Nessen, fueron expulsados del país, por haber viajado a la región. Igualmente en Pakistán, donde dos reporteros de la revista francesa L'Express fueron detenidos, por realizar un reportaje en una provincia fronteriza con Afganistán. Su colaborador paquistaní está detenido en secreto.

En Sudán, a pesar de las reformas institucionales, las fuerzas de seguridad conservan el dominio sobre el tratamiento de la guerra civil. En 2003 ordenaron la suspensión de muchas cabeceras, entre ellas el diario Khartoum Monitor.

Internet bajo vigilancia
Este año se produjo la liberación de varios ciberdisidentes, entre los que se encuentra un joven tunecino, Zouhair Yahyaoui, que pasó más de un año en la cárcel por abrir un sitio satírico, lanzando pullas sobre el presidente Zine El-Abidine Ben Alí. La joven Liu Di, conocida en los foros de discusión chinos como el "ratón inoxidable", salió en libertad tras un año detenida en secreto.

A pesar de esas liberaciones, China es con mucho la mayor cárcel del mundo para los internautas. Este año fueron encarcelados seis ciberdisidentes más, aunque, a fecha 1 de enero de 2004, 48 internautas se encuentran encarcelados, gracias a la indudable eficacia de la ciberpolicía china (más de 30.000 funcionarios). Huang Qi, el webmaster del sitio www.6-4tianwang.com, permanece internado en una cárcel de la provincia de Sichuán. Detenido en junio de 2000 cumple, en condiciones extremadamente difíciles, una condena de cinco años de cárcel, por "intentar derrocar el poder del Estado". China se ha dotado de tecnología punta para vigilar la Red, y cazar a los ciberdisidentes; tecnología que le han facilitado algunas empresas extranjeras, como Cisco System.

Vietnam sigue el ejemplo del gran hermano chino. Allí hay nueve ciberdisidentes encarcelados. Según las fuentes de Reporteros sin Fronteras, el país ha creado un departamento de investigación informática, que se dedica exclusivamente a la creación de programas "made in Vietnam" de vigilancia del Net.

Aparte de China y Vietnam, entre los países mas represivos en materia de Internet se pueden citar: las Maldivas (que tienen a 3 ciberdisidentes encarcelados), Birmania, Corea del Norte, Cuba (en las actas de acusación de la mayoría de los periodistas encarcelados a finales de marzo, se hacía referencia a su actividad en Internet), Arabia Saudí, Túnez y varios países de la ex URSS, como Uzbekistán y Turkmenistán.
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