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Tecnología digital, individuo, globalización e Internet (Parte III, de III)

Jon Murelaga Ibarra // Fuente: www. saladeprensa.org

miércoles 22 de octubre de 2014, 12:37h
El individuo debe ser consciente que la era digital arrancó hace años y que la hidiosincrasia digital es un hecho que nos cubre. La digitalización de los mensajes lleva implicita la digitalización de receptores y la diferencia entre emisor y receptor de antaño se rompe con las nuevas tecnologías ya que el individuo (aunque sea a título personal) puede formar parte de la elaboración y emisión del mensaje. Todos somos lectores pero también escritores. Todos somos compradores pero también vendedores. La organización de la estructura tradicional de la elaboración y distribución de la información desaparece con las nuevas tecnologías democratizando la emisión de mensajes y el nacimiento de nuevos mensajeros digitales. De esta manera los contenidos se multiplican por infinito y el volumen de información se convierte en descomunal. Decía Mauro Wolf: “Un aspecto que matiza la diferencia entre los nuevos media y los medios de comunicación de masas es el de que las nuevas tecnologías facilitan la adquisición de una variedad más amplia de contenidos de manera menos vinculada a la lógica de los aparatos de distribución y más orientada a la subjetividad del consumidor”. Nunca antes el individuo había gozado de tantas facilidades y tan a mano como en la actualidad. Nunca antes la subjetividad del individuo había tenido tanta repercusión de ser mostrada como con las tecnologías digitales existentes. (Wolf, 1992)
Alfabetización cultural. Nuestra comprensión de los símbolos compartidos que nos dan una identidad individual y colectiva. E, igualmente importante, nuestra apreciación de la diversidad -los símbolos e identidades que no compartimos”.
Con las nuevas tecnologías el individuo y el colectivo toman un nuevo giro en sus formas y sentidos. Estamos asistiendo a una individualización de la sociedad. Los nuevos recursos digitales favorecen este hecho ya que su utilización es principalmente individual. Así, los grupos de trabajo se pueden ver reducidos por la automatización de los procesos y el conomiento del otro se convierte en una mera anegdota virtual.

Por otra parte, el individuo ha encontrado una salida de la pequeña hurna de cristal en la que vivía y tras examinar el terreno ha constatado que ahí fuera vive gente y que puede comunicarse con ellos. Las nuevas tecnologías no entienden ni de culturas ni de colectivos, sino de individuos. No es de extrañar, por tanto, que la red sea el máximo exponente de la globalización y miscelania de culturas y modos de pensar diferentes que encierra este mundo.

3. Globalización e Internet. El matrimonio perfecto.

Podemos decir que con Internet llegó uno de los mayores cambios en todos los frentes que ha conocido cualquier sociedad en los últimos decenios. Así, su importancia es comparable con el desarrollo de la máquina a vapor o la creación de la imprenta. Se puede decir sin ningún empacho que nunca antes el ser humano ha tenido más instrumentos para democratizar (compartir) sus ideas y proyectos. Según Mariano Cebrián “Internet revoluciona lo grande y lo pequeño. El tamaño no está en el número de metros cuadrados ocupados por una empresa, ni en el número de oficinas que posea en un país o en el mundo. El tamaño está determinado por las redes. Internet conecta todo y en todas las direcciones. La empresa de una persona particular adquiere el don de ubicuidad, está en todos los puntos donde haya alguien que quiera conectarse a la misma. Una persona, una empresa, un país pobre o rico, pueden competir en todo el mundo con otras personas, empresas o países, asimismo pobres o ricos. Nunca, como con Internet, había sido posible que alguien desde un lugar reducido de Chiapas (México) pudiera dar tanta información, desde el interior, de sus problemas y que reclamará la atención mundial, o que una pequeña empresa comparta con las grandes toda la información existente en la red. Internet rompe fronteras, modifica los esquemas de análisis anteriores y trae un nuevo mundo con sus espacios sin fronteras y sus tiempos modificados”. (Cebrián, 2001)
Lo que se denomina la brecha digital es decir el punto de inflexión entre el pasado y el futuro más cercano comenzó a gestarse con la entrada en el vocabulario cotidiano del concepto “autopistas de la información”. La brecha digital y la tecnologización de las sociedades modernas e industrializadas no obstante puede tener su punto criticable ya que el tener más instrumentos al alcance de nuestras manos no nos asegura ni más conocimientos ni más más fuerza real para ejecutar proyectos sino una potencialidad que debemos gestionar y manipular de acuerdo a nuestras necesidades y conocimientos. No se trata de negar la evidencia tecnológica ni de desarrollar propuestas inquisitivas de las potencialidades tecnológicas sino de sino de gestionar el conocimiento y los instrumentos en pro de los infinitos provechos que de la tecnología pueda beneficiarse el usuario como dice Joaquín Estefanía: “… en si mismo, la brecha digital: el uso de ordenadores avanza de manera imparable por casi todo el mundo. El problema es de qué sirve un ordenador con Internet a una persona, si ésta es analfabeta; o si no tiene una línea de teléfono a la que engancharse. ¿De qué sirve Internet a una persona que no tiene agua corriente?”. (Estefanía, 2003)
La globalización, por otra parte, también ha influido en el mundo de las telecomunicaciones, así, la comunicación y emisión de mensajes es más rápida, democrática y relevante con Internet ya que los límites de espacio, tiempo y emisor desaparecen. Internet no solo ha globalizado el mensaje sino que lo ha tranformado y ha transformado también al receptor. El mensaje no lo encorseta el emisor en función de las posibilidades espaciales o temporales sino que vuela de punto a punto del planeta disfrazado por un código binario.

4. Conclusiones.

Internet se ha convertido en el aliado perfecto para globalizar la sociedad mundial, para desarrollar mensajes pro-integradores de sentimientos pan-mundiales e integradores de sentimientos colectivos de pertenencia a un todo espacial. El individuo, sin tener en cuenta ni su raza, ni su identidad de pertenencia a un colectivo (llamemosle nacional) comienza a descubrir por si mismo que es posible comunicarse con sus iguales de manera personal. No tiene porque haber intermediarios entre individuos. Las relaciones, la comunicación es entre sujetos que inetentan buscar afinidades e intereses comunes estén donde estén.

La sociedad se encuentra en un proceso de homogeneización identitaria. Las viejas fronteras físicas, políticas y económicas están desapareciendo y la tecnología es, no solo, el paso más novedoso sino el más eficaz para conseguir esa creación de identidad mundial y colectiva propia.
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