Zapatero insistió en que el presidente del gobierno debía de parar la guerra. Aprovechó la máxima audiencia del programa, para resaltar que podría haber una excelente relación con EEUU respetando los acuerdos, sin ceder el uso de nuestras bases por los norteamericanos. Afirmó que no aprovecharía la guerra como arma electoral, puesto que su única prioridad no era otra que evitar que continúe, y que él fue el primero que se posicionó en contra de la guerra, mucho antes que Francia o Alemania.
No obstante, a pesar de que la entrevista fue "más de lo mismo", y de que no dio sensación de una alternativa política, los ánimos decaen para los populares. En la sede de Génova, se lamentaban de la "deserción" de algunos periodistas no afines al partido, pero sí simpatizantes, quienes se habían acercado al secretario general del PSOE, al entrever al PP como perdedor en las próximas elecciones.