Las comadronas en Gaza se han convertido en un rayo de esperanza para las mujeres embarazadas que enfrentan un entorno devastado por la guerra y el duro invierno. Con el apoyo del UNFPA, dos hospitales han sido rehabilitados, permitiendo que miles de mujeres den a luz en condiciones seguras. La situación sanitaria en Gaza es crítica, con escasez de personal y recursos, lo que hace que cada nacimiento sea un desafío. Las comadronas no solo brindan atención durante el parto, sino que también son esenciales para la salud materna y neonatal en medio de la crisis humanitaria. A pesar de las adversidades, estas profesionales siguen luchando por garantizar partos seguros y salvar vidas.
La situación en Gaza se torna cada vez más crítica para las mujeres embarazadas que, en medio del horror y la devastación, buscan un rayo de esperanza. Con el apoyo del UNFPA, dos hospitales de la Franja han sido rehabilitados, ofreciendo a las futuras madres la posibilidad de dar a luz en condiciones seguras, lejos de las precarias tiendas donde residen.
Rana, una de las 55.000 mujeres embarazadas en Gaza, expresa su miedo al pensar en el lugar donde podría dar a luz. “Pensé que tendría que dar a luz en una tienda de campaña”, recuerda con angustia. La realidad es que tras años de ataques incesantes, el sistema sanitario local ha quedado severamente dañado. La mayoría de los centros de salud están fuera de servicio y aquellos que funcionan apenas pueden ofrecer atención obstétrica y neonatal adecuada.
La escasez de medicamentos y personal cualificado ha llevado a que las unidades neonatales operen por encima de su capacidad. Las recientes inundaciones han agravado aún más la situación, dejando a muchas familias vulnerables expuestas al frío y con un riesgo elevado de enfermedades como infecciones respiratorias o hepatitis.
“A medida que se acercaba la fecha del parto, estaba aterrorizada”, confiesa Rana al UNFPA, el Fondo de Población de las Naciones Unidas. Como muchos otros habitantes de Gaza, ella se encuentra desplazada y vive en condiciones precarias. Sin embargo, logró dar a luz en el Hospital de la Sociedad Benéfica de Amigos de los Pacientes, un centro recientemente rehabilitado gracias al apoyo internacional.
La comadrona Nabila Masaoud estuvo presente durante el parto y destacó las difíciles condiciones anteriores a la rehabilitación del hospital: “Había muy pocos trabajadores sanitarios y gran parte del equipo estaba dañado”. Gracias al apoyo recibido, se ha logrado recuperar personal y recursos esenciales para garantizar partos seguros.
“Si una mujer sufría complicaciones durante el parto, existía un riesgo real de que no sobreviviera”, añade Nabila. Este nuevo apoyo ha permitido mejorar significativamente la atención sanitaria disponible para las mujeres embarazadas.
Aproximadamente 240.000 mujeres han podido acceder ya a servicios esenciales de salud reproductiva gracias a estas iniciativas. “Todas las mujeres merecen un parto seguro”, afirma Nabila con convicción.
A pesar del esfuerzo realizado, Gaza enfrenta desafíos monumentales. Con menos de 2000 camas disponibles para más de dos millones de personas, los recién nacidos prematuros comparten cunas e incubadoras mientras enfrentan condiciones críticas debido a la falta de recursos médicos básicos.
La comadrona Heyam describe sus experiencias laborales durante este año como las más difíciles: “La escasez de medicamentos y suministros médicos se ha convertido en parte de mi realidad cotidiana”. Ella trabaja incansablemente en unidades sobrecargadas y ha observado un aumento alarmante en casos de desnutrición entre las madres y sus bebés.
A pesar del caos reinante, estas comadronas continúan salvando vidas diariamente. Cada día nacen alrededor de 150 bebés en Gaza bajo circunstancias extremas, donde incluso el acceso al agua potable y electricidad es limitado. El transporte hacia los hospitales es arriesgado debido a los constantes ataques a instalaciones médicas.
Heyam enfatiza la importancia del papel que desempeñan: “Las matronas son la primera línea de defensa para la vida de las madres y los recién nacidos”. Su labor no solo implica asistencia médica; también representan un símbolo de esperanza en medio del sufrimiento generalizado.
“Nosotras representamos la esperanza para las mujeres en medio de esta oscuridad”, concluye Heyam con determinación.
| Cifra | Descripción |
|---|---|
| 55,000 | Mujeres embarazadas en Gaza que buscan atención médica. |
| 2.1 millones | Habitantes de Gaza. |
| 240,000 | Mujeres y niñas que han accedido a servicios esenciales de salud reproductiva. |
| 2000 | Camas hospitalarias disponibles para más de 2 millones de personas en Gaza. |
Las mujeres embarazadas en Gaza enfrentan una grave crisis debido a la destrucción del sistema sanitario, escasez de medicamentos y condiciones precarias de vida. Muchas temen dar a luz en tiendas de campaña en lugar de hospitales.
Dos hospitales en la Franja de Gaza han sido rehabilitados gracias al apoyo del UNFPA y la financiación del Reino de Arabia Saudí, lo que permite a las mujeres dar a luz en un entorno más seguro.
El duro invierno ha exacerbado las condiciones precarias, con inundaciones que han arrasado refugios y dejado a las familias expuestas al frío y enfermedades.
Las comadronas son vitales para garantizar la supervivencia de las mujeres y los bebés durante el parto, especialmente en un contexto donde los recursos son extremadamente limitados.
Aproximadamente 240.000 mujeres han accedido a servicios esenciales de salud reproductiva, incluidos atención materna y planificación familiar, gracias a diversas iniciativas humanitarias.
Las comadronas enfrentan desafíos significativos como la escasez de medicamentos, hacinamiento en los hospitales y el riesgo al trasladar pacientes debido a ataques repetidos.