Invertir en la salud del planeta podría generar un aumento significativo en el PIB global, reducir muertes y disminuir la pobreza, según un informe del Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente. Este estudio destaca que dejar de centrarse únicamente en el PIB y adoptar indicadores que midan el capital humano y natural es crucial para fomentar economías sostenibles. Se estima que estas inversiones podrían añadir hasta 20 billones de dólares anuales al PIB para 2070, además de evitar millones de muertes prematuras y sacar a cientos de millones de personas de la desnutrición y la pobreza extrema. El informe también subraya la necesidad de cambios profundos en áreas como economía, energía y sistemas alimentarios para lograr un futuro sostenible.
Un reciente informe sobre el estado del medio ambiente global revela que la inversión en un clima estable, así como en la salud de la naturaleza y los suelos, podría generar billones adicionales en el PIB mundial. Este enfoque no solo evitaría millones de muertes, sino que también sacaría a cientos de millones de personas de la pobreza y el hambre.
El documento, titulado Perspectivas del Medio Ambiente Mundial, séptima edición: Un futuro que elijamos, fue presentado durante la séptima sesión de la Asamblea de las Naciones Unidas sobre el Medio Ambiente en Nairobi. La investigación es fruto del trabajo conjunto de 287 científicos provenientes de 82 países.
El Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA) señala que problemas como el cambio climático, la pérdida de biodiversidad y la contaminación están teniendo un impacto devastador en el planeta, con costos que ya alcanzan billones de dólares anuales. Si se mantienen las trayectorias actuales de desarrollo, este impacto solo se intensificará.
A pesar de estos desafíos, el informe destaca que adoptar enfoques integrales para transformar los sistemas económicos y ambientales podría generar beneficios globales significativos. Se estima que estas transformaciones podrían alcanzar hasta 20 billones de dólares anuales para 2070, con un crecimiento continuo posterior.
Un elemento crucial es dejar atrás la dependencia exclusiva del PIB como indicador y comenzar a utilizar métricas que midan tanto el capital humano como el natural. Esto incentivaría a las economías a avanzar hacia modelos más sostenibles, incluyendo la descarbonización energética y prácticas agrícolas responsables.
La directora ejecutiva del PNUMA, Inger Andersen, subrayó los avances logrados hasta ahora: “Desde acuerdos internacionales sobre cambio climático hasta un aumento notable en las energías renovables”. Andersen hizo un llamado a todos los países para que aprovechen estos logros e inviertan en la salud del planeta.
El informe propone dos rutas principales para lograr estas transformaciones: una centrada en cambios de comportamiento para reducir el consumo material y otra basada en desarrollos tecnológicos y mejoras en eficiencia. Estas estrategias podrían resultar en beneficios macroeconómicos globales visibles a partir de 2050.
Se proyecta que estas medidas podrían prevenir hasta nueve millones de muertes prematuras para 2050 mediante acciones contra la contaminación atmosférica. Además, cerca de 200 millones de personas podrían salir de la desnutrición y más de 100 millones dejarían atrás la pobreza extrema.
No obstante, alcanzar emisiones netas cero para 2050 requerirá una inversión anual aproximada de 8 billones de dólares. La inacción frente a estos desafíos podría resultar mucho más costosa.
Para implementar estas transformaciones se requieren cambios profundos en cinco ámbitos fundamentales:
El informe enfatiza la importancia de desarrollar soluciones simultáneamente y considerar conocimientos diversos, incluidos los saberes indígenas, para garantizar transiciones justas que beneficien tanto al medio ambiente como al bienestar humano.
A medida que se analizan las implicaciones futuras del mantenimiento del modelo actual, se observa un aumento constante en las emisiones de gases efecto invernadero desde 1990. Este incremento ha llevado a fenómenos meteorológicos extremos cuyo costo se estima en 143 mil millones anuales durante los últimos veinte años.
Aproximadamente entre el 20% y el 40% de las tierras globales están degradadas, afectando a más de 3 mil millones de personas. Además, un millón de especies están actualmente amenazadas con extinción debido a esta degradación ambiental.
Anualmente, nueve millones mueren por causas relacionadas con contaminación. Los daños económicos derivados solo por contaminación del aire alcanzaron aproximadamente 8.1 billones dólares en 2019, representando un impacto significativo sobre el PIB mundial.
Si no se toman medidas urgentes, se prevé un escenario sombrío donde el aumento promedio global podría superar los 1.5°C antes del año 2030. Esta situación tendría repercusiones devastadoras sobre el PIB mundial y continuaría deteriorando las condiciones ambientales necesarias para asegurar un futuro sostenible.
A medida que continúan acumulándose residuos plásticos —que ya suman unas ocho mil millones de toneladas— también lo hacen las pérdidas económicas relacionadas con salud pública debido a productos químicos tóxicos presentes en estos materiales contaminantes.
| Cifra | Descripción |
|---|---|
| 20 billones de dólares | Beneficios globales anuales proyectados para 2070. |
| 9 millones | Muertes prematuras que podrían ser evitadas para 2050. |
| 200 millones | Personas que podrían salir de la desnutrición para 2050. |
| 100 millones | Personas que podrían salir de la pobreza extrema para 2050. |
| 8 billones de dólares | Inversión anual necesaria hasta 2050 para lograr emisiones netas cero. |
Invertir en un clima estable, naturaleza y suelos saludables puede generar billones adicionales en el PIB global, evitar millones de muertes y sacar a cientos de millones de personas de la pobreza y el hambre.
El informe presenta dos vías: una basada en cambios de comportamiento para reducir el consumo material y otra que se apoya en el desarrollo tecnológico y mejoras en eficiencia.
Se recomienda ir más allá del PIB hacia métricas integrales de riqueza inclusiva, implementar la circularidad desde el diseño, descarbonizar el suministro energético, adoptar dietas saludables y acelerar la conservación de la biodiversidad.
Si no se toman medidas, se prevé un aumento drástico en las emisiones de gases de efecto invernadero, lo que podría resultar en una reducción del PIB mundial anual y un deterioro significativo del medio ambiente.
Nueve millones de muertes son atribuibles cada año a algún tipo de contaminación, con un costo económico significativo relacionado con los daños a la salud por contaminación del aire.