La situación en la República Democrática del Congo sigue deteriorándose, a pesar de los esfuerzos diplomáticos recientes. La secretaria general adjunta para África, Martha Ama Akyaa Pobee, instó al Consejo de Seguridad a apoyar el cumplimiento de la resolución 2773 que exige un alto el fuego inmediato. El número de civiles muertos ha aumentado drásticamente, con al menos 319 asesinatos atribuidos al grupo armado M23 en julio. La violencia y el reclutamiento forzoso de niños persisten, mientras que 5,9 millones de congoleños están desplazados internamente. Aunque se han logrado algunos compromisos entre la RDC y Ruanda, estos no son suficientes sin un cese efectivo de las hostilidades en el terreno. La situación humanitaria es crítica, con un aumento en la inseguridad alimentaria y un ciclo continuo de desplazamientos que amenaza la paz y recuperación a largo plazo en la región.
La secretaria general adjunta para África, Martha Ama Akyaa Pobee, ha expresado su preocupación en el Consejo de Seguridad sobre la situación de seguridad en el este de la República Democrática del Congo (RDC), que no ha mejorado a pesar de los avances diplomáticos. Durante su intervención, Pobee subrayó que las partes involucradas aún no han cumplido con lo estipulado en la resolución 2773 (2025), que exige un alto el fuego inmediato e incondicional.
En un momento crítico para la nación y la región, la funcionaria instó al Consejo a “apoyar plenamente los esfuerzos de paz en curso” y a ejercer su influencia para garantizar el cumplimiento de dicha resolución. La urgencia de esta reunión fue convocada por los Estados Unidos, quienes buscan abordar el aumento reciente de ataques perpetrados por grupos armados en el este del país.
Pobee informó que el número de víctimas civiles ha aumentado “drásticamente”, con persistentes casos de violencia sexual y reclutamiento forzoso de niños. Además, las partes continúan desplegando tropas y transfiriendo armas a lo largo de las líneas del frente, lo que agrava aún más la situación.
El conflicto ha escalado significativamente en Kivu del Norte desde abril, donde el grupo armado M23 ha ganado terreno en territorios como Masisi, Walikale y Lubero, despojando a los grupos armados locales bajo la égida de los Wazalendo. Según datos del Alto Comisionado para los Derechos Humanos, al menos 319 civiles fueron asesinados por el M23, con apoyo de fuerzas ruandesas, entre el 9 y el 21 de julio en cuatro aldeas del territorio de Rutshuru.
A pesar de los avances logrados durante el Diálogo entre Grupos Armados celebrado en Aru a finales de junio, la situación de seguridad en Ituri se ha deteriorado gravemente desde principios de julio. En contraste, aunque las líneas del frente en Kivu del Sur se han mantenido relativamente estables, los enfrentamientos constantes amenazan con intensificar las tensiones étnicas.
Pobee destacó que si bien es alentador que la República Democrática del Congo y Ruanda hayan adoptado términos para un Comité Conjunto de Supervisión y otros mecanismos relacionados con el Acuerdo de Washington, esto no puede sustituir un cese efectivo de las hostilidades ni medidas concretas para poner fin al conflicto.
La funcionaria advirtió que actualmente el país enfrenta una grave emergencia humanitaria. La inseguridad alimentaria está aumentando debido a que las familias pierden acceso a sus campos y ven confiscadas sus cosechas. En total, 5,9 millones de congoleños están desplazados internamente, incluyendo un millón en Kivu del Norte y 1,5 millones en Kivu del Sur.
Pobee concluyó señalando que “las familias se ven desarraigadas repetidamente, atrapadas en un ciclo de miedo y desplazamientos constantes”, lo cual no solo erosiona la cohesión social sino que también amenaza cualquier posibilidad realista de paz y recuperación a largo plazo.
| Cifra | Descripción |
|---|---|
| 319 | Civiles asesinados por el M23 |
| 5,9 millones | Congoleños desplazados internamente |
| 1 millón | Desplazados en Kivu del Norte |
| 1,5 millones | Desplazados en Kivu del Sur |
La situación de seguridad en el este de la RDC ha empeorado a pesar de los avances diplomáticos. La secretaria general adjunta para África, Martha Ama Akyaa Pobee, informó que el número de víctimas civiles ha aumentado drásticamente y que persisten problemas como la violencia sexual y el reclutamiento forzoso de niños.
El grupo armado M23 ha intensificado su control en territorios como Masisi, Walikale y Lubero, donde ha asesinado al menos 319 civiles con apoyo de fuerzas de defensa ruandesas. Además, hay otros grupos armados locales operando en la región.
Se han adoptado compromisos entre la República Democrática del Congo y Ruanda, incluyendo un Comité Conjunto de Supervisión y un mecanismo conjunto de coordinación. Sin embargo, estos compromisos no sustituyen la necesidad de un cese efectivo de las hostilidades sobre el terreno.
La RDC enfrenta una grave emergencia humanitaria con 5,9 millones de personas desplazadas internamente. La inseguridad alimentaria está aumentando debido a la pérdida de acceso a tierras agrícolas y confiscación de cosechas.
Las familias se ven desarraigadas repetidamente, lo que genera un ciclo constante de miedo y desplazamientos. Esta inestabilidad erosiona la cohesión social y amenaza las perspectivas de paz y recuperación a largo plazo.