António Guterres, Secretario General de la ONU, ha instado a acelerar la transición hacia energías limpias, destacando que en 2024 la inversión en este sector superó los dos billones de dólares, superando así a los combustibles fósiles. Este cambio marca un punto de inflexión irreversible en la economía energética global. Guterres subrayó que las energías renovables no solo combaten el cambio climático, sino que también impulsan el desarrollo económico y crean empleos. A pesar del avance significativo, advirtió sobre una transición desigual y propuso seis estrategias para garantizar una transformación justa y eficaz. Además, destacó que la electricidad generada por fuentes renovables es significativamente más barata que la de plantas fósiles. Para cumplir con los objetivos climáticos, es crucial multiplicar las inversiones en energías limpias en países en desarrollo antes de 2030.
El Secretario General de la ONU, António Guterres, ha instado a acelerar la transición hacia las energías renovables, afirmando que “el futuro de la energía limpia ha dejado de ser una promesa y ya es un hecho”. Esta declaración se enmarca en un reciente informe conjunto del Fondo Monetario Internacional (FMI), el Banco Mundial y la Agencia Internacional de Energías Renovables, que destaca avances significativos en el sector energético. En 2024, la inversión en energías limpias superó por primera vez los dos billones de dólares, superando ampliamente los recursos destinados a los combustibles fósiles.
En su discurso sobre el clima, Guterres subrayó que los costos de generación de electricidad mediante energía solar y eólica son ahora más bajos que los derivados de fuentes fósiles, lo que marca un cambio irreversible en la economía energética global. “La energía limpia no solo combate el cambio climático, sino que también impulsa el desarrollo económico y la creación de empleos”, aseguró. En el último año, sectores relacionados con las energías renovables representaron el 10% del crecimiento del PIB mundial.
Casos como el de China, donde el sector limpio contribuyó con el 25% al crecimiento económico, y la Unión Europea, que atribuyó un tercio de su avance a este ámbito, evidencian el potencial transformador de esta transición. Actualmente, unos 35 millones de personas están empleadas en trabajos relacionados con las energías limpias, siendo 16,2 millones específicamente en renovables.
Guterres identificó tres razones clave para considerar irreversible esta transformación energética: su solidez económica, su papel en la seguridad energética, y su capacidad para ofrecer acceso universal a la energía.
A pesar del progreso, Guterres advirtió que la transición no avanza con equidad ni velocidad suficientes. África apenas representa el 1,5% de la capacidad renovable instalada a nivel global, a pesar de poseer el 60% del potencial solar del planeta. Además, el 41% de la capacidad global instalada se encuentra en China y el 39% en países miembros de la OCDE.
La concentración geográfica de inversiones e infraestructuras energéticas representa un riesgo para la seguridad de las cadenas de suministro. Para abordar estas desigualdades, Guterres propuso seis áreas estratégicas para garantizar una transición justa y eficaz: planes climáticos nacionales más ambiciosos; construcción de sistemas energéticos modernos; cobertura de la creciente demanda eléctrica con renovables; justicia social como eje central; comercio justo e inclusivo; e inversión significativa en países en desarrollo.
El informe revela que entre 2015 y 2024, la capacidad eléctrica renovable global aumentó un 140%, mientras que la capacidad fósil solo creció un 16%. Durante este periodo, las energías renovables representaron el 92,5% de las nuevas instalaciones eléctricas y contribuyeron con el 74% al crecimiento total en producción eléctrica.
A su vez, las ventas de vehículos eléctricos se dispararon un 3300%, alcanzando más de 17 millones de unidades en 2024. Este aumento representa más del 20% del total de ventas automovilísticas.
No obstante estos avances positivos, el informe advierte que la transición energética global no está reemplazando a los combustibles fósiles con suficiente rapidez. Aunque su proporción cayó del 83% al 80% entre 2015 y 2024, los subsidios a los combustibles fósiles siguen siendo elevados. Además, muchas redes eléctricas aún no están adaptadas para integrar completamente las nuevas capacidades renovables.
Aproximadamente más de 3000 GW en proyectos renovables esperan conexión a la red. Para cumplir con los objetivos establecidos por el Acuerdo de París, así como los Objetivos de Desarrollo Sostenible, es crucial multiplicar por cinco o siete veces las inversiones anuales en energías limpias dentro de economías emergentes antes del año 2030.
Este objetivo requiere una profunda reforma en la arquitectura financiera internacional para reducir costos y establecer políticas comerciales que apoyen un desarrollo sostenible. “Este es el momento oportuno. Contamos con las herramientas necesarias. Ahora debemos usarlas con decisión y equidad”, concluyó Guterres. Con políticas inteligentes y cooperación internacional firme se puede alcanzar un sistema energético limpio, seguro y accesible para todos.
Descripción | Cifra |
---|---|
Inversión en energías limpias en 2024 | 2 billones de dólares |
Porcentaje del crecimiento del PIB mundial impulsado por energías renovables | 10% |
Empleos relacionados con energías limpias | 35 millones |
Crecimiento de la capacidad eléctrica renovable global entre 2015 y 2024 | 140% |
Crecimiento de ventas de vehículos eléctricos entre 2015 y 2024 | 3300% |
Costo promedio mundial de electricidad solar comparado con planta fósil más barata en 2024 | 41% más bajo |
Costo promedio mundial de energía eólica terrestre comparado con planta fósil más barata en 2024 | 53% más bajo |
António Guterres, Secretario General de la ONU, llamó a acelerar la transición global hacia las energías renovables, afirmando que el futuro de la energía limpia ya es un hecho irreversible.
En 2024, la inversión en energías limpias superó por primera vez los dos billones de dólares, rebasando ampliamente los recursos destinados a los combustibles fósiles.
Guterres destacó que la energía limpia no solo combate el cambio climático, sino que también impulsa el desarrollo económico y la creación de empleos. En el último año, el 10% del crecimiento del PIB mundial fue impulsado por sectores vinculados a las energías renovables.
En China, el sector limpio representó el 25% del crecimiento económico, mientras que en la Unión Europea, un tercio del avance se atribuyó a este rubro.
Aproximadamente 35 millones de personas están empleadas en trabajos relacionados con las energías limpias, de los cuales 16,2 millones corresponden directamente al sector de las renovables.
Guterres identificó tres razones fundamentales: su solidez económica, su papel en la seguridad energética y su capacidad para ofrecer acceso universal.
A pesar del avance global, África solo representa el 1,5% de la capacidad renovable instalada a nivel mundial, aunque tiene el 60% del potencial solar del planeta. Además, hay una concentración geográfica de inversiones que puede representar un riesgo para la seguridad de las cadenas de suministro.
Para cumplir con estos objetivos, se debe multiplicar la inversión anual en energías limpias en economías emergentes y en desarrollo (excluyendo China) entre cinco y siete veces antes de 2030.
Guterres enfatizó que este es "el momento oportuno" para utilizar las herramientas disponibles y lograr un sistema energético limpio, seguro, accesible y equitativo para todos mediante políticas inteligentes y cooperación internacional.