Hacerse monja a través de internet
miércoles 22 de octubre de 2014, 12:37h
La congregación religiosa de las monjas dominicas de la Presentación, situada en pleno casco antiguo de Barcelona, ha decidido aprovechar las nuevas tecnologías para acercarse a los jóvenes y a la vez promover las nuevas vocaciones que escasean en los últimos tiempos, para lo que han puesto en marcha una peculiar página web:'htpp:// www.mivocación.com'.
La hermana Gema Morató, quien se encarga, junto a tres personas más de actualizar y contestar todos los correos que reciben, explicó a Europa Press que esta singular iniciativa surgió "hace unos años, cuando fabricamos una web tradicional, con un pequeño apartado dedicado a la vocación, y recibimos muchas entradas".
Por ello, pensaron en la posibilidad de 'profesionalizar' la página con el único objetivo de "corresponder a las necesidades de la sociedad" y dar a conocer que, contrariamente a lo que muchas personas puedan pensar, "la vida religiosa es feliz", según explicó sor Gema.
En este sentido, señaló que contestan en esta página a las dudas y problemas que muchos jóvenes tienen y que, en ocasiones, no sólo tienen que ver con la religión, sino con las propias vivencias de estas personas.
"Algunos nos cuentan su vida y muchos demuestran un vacío que en la sociedad de la comunicación refleja que no hay comunicación", señaló la hermana Gema, quien además de ser periodista y profesora, desarrolla trabajos sociales para la comunidad.
En cuanto a las dudas que resuelven en relación a temas estrictamente religiosos, comentó que en muchas ocasiones se centran en cuestiones como, por ejemplo, "si pueden ser religiosos si han vivido una vida agitada".
En esta página web, que en año y medio de andadura ya ha recibido 41.000 visitas, 26.000 consultas y 2.000 correos, se recogen todo tipo de comentarios y expresiones como '¿Yo monja....? !Ja! !Ja!' o '¿Te va la marcha frenética?'.
Las dominicas, cuya orden fue fundada en Francia en 1696 y que actualmente son más de 3.000 en todo el mundo, se muestran convencidas de que "la Iglesia no ha perdido el tren de la modernidad". "A veces no interesa que la Iglesia sea moderna, aunque lo sea", concluyó.