La serie de reuniones, que mantendrán los presidentes esta semana, tendrán como telón de fondo la diferencia de estimación económica de la operación. Una diferencia de 500 millones de euros, que podría solucionarse partiendo en dos la diferencia. Alierta no está dispuesto a vender el medio por cuatro duros, aunque con el anuncio del pago en especie del 30%, Telefónica valoró la televisión en 1.400 millones de euros. Ante este dato, parece previsible que no se baje de esa cifra.
La oferta a la baja de Planeta no está injustificada, porque los malos resultados de audiencia y económicos, registrados en los primeros meses del presente ejercicio, restan valor al canal generalista. En todo caso, Lara podría aumentar sus efectivos si cuenta con la ayuda del SCH, al que intenta convencer para que permanezca en el accionariado de la cadena, una vez concluída la venta.
Otro de los apoyos del comprador es el grupo D'Agostini, cuyo representante en España, Maurizio Carlotti, se perfila como futuro gestor de Antena 3. La participación de los italianos daría a Planeta el apoyo monetario imprescindible para hacer efectiva la operación.
En todo caso, es más que probable que Lara controle el canal, aunque los otros interesados, Recoletos y Correo, no han desaparecido aún de escena, por si las negociaciones fracasan.