El "as" en la manga de los corresponsales de guerra

En este sentido, el periodista dispone de un arma que se ha revelado fundamental para que el público vea en tiempo real lo que ocurre en el frente: el videoteléfono. Estos días en los informativos de TVE o de Antena 3, hemos podido apreciar el efecto pixelizado de las imágenes, que no es fruto de un fallo en la recepción sino que responde al uso de estos aparatos.
El inconveniente del videoteléfono es que se pierde la nitidez en la imagen, aunque la noticia gana en cercanía, al enviar imagen y sonido en tiempo real, mientras el periodista está en movimiento. El aparato es pequeño y se compone de un teléfono, un teclado y un altavoz, que se utilizan para hacer conferencias vía satélite, en las que el periodista puede recibir preguntas en tiempo real.
A pesar de que el coste de los videoteléfonos resulta elevado, unos 27.000 dólares, son muchas las cadenas que han apostado por él, como medio de acercar al público la realidad de la guerra con imágenes impactantes.
La inversión resulta además de gran utilidad humana, porque en sus ratos libres, la prensa cede sus equipos para que los soldados contacten con sus familias.
Tal vez la aparición en televisión de esa visión especial del conflicto, haya sido lo que ha colocado los espacios informativos en la cabeza de las listas de audiencia de todas las cadenas. Listas en las que ni siquiera el fútbol ha podido con las imágenes de ataques mucho menos deportivos.