La ONU ha celebrado una reunión de alto nivel en Nueva York para abordar las enfermedades no transmisibles y la crisis de salud mental, que afectan a millones en todo el mundo. Las enfermedades cardiovasculares, el cáncer, la diabetes y los trastornos respiratorios son responsables de 43 millones de muertes anuales, mientras que más de 1000 millones de personas sufren trastornos mentales. Líderes y expertos destacaron la importancia de mejorar el acceso a servicios de salud y eliminar el estigma asociado a la salud mental. Además, se advirtió sobre la inactividad física como un factor de riesgo crítico que podría generar 500 millones de nuevos casos de enfermedades prevenibles para 2030. La colaboración global es esencial para enfrentar estos desafíos sanitarios.
Este jueves, en la sede de las Naciones Unidas en Nueva York, se llevó a cabo una reunión de alto nivel que reunió a líderes mundiales, expertos en salud y defensores de los derechos humanos. El objetivo del encuentro fue abordar un desafío crítico del siglo XXI: las enfermedades no transmisibles y la creciente crisis de salud mental.
Convocado en el marco de la Asamblea General de la ONU, el evento buscó fomentar un espacio para la reflexión y acción colectiva ante el impacto devastador causado por enfermedades como el cáncer, la diabetes y los trastornos cardiovasculares y respiratorios. Estas condiciones son responsables de 43 millones de muertes al año, mientras que más de 1000 millones de personas sufren algún tipo de trastorno mental.
La presidenta de la Asamblea General inició la sesión recordando que las enfermedades no transmisibles afectan a todas las familias en el mundo. “Todos tenemos una historia”, afirmó, enfatizando que el verdadero problema radica en el acceso desigual a servicios de prevención y tratamiento, especialmente en países con ingresos bajos y medios.
En el encuentro también participó Tedros Adhanom Ghebreyesus, director general de la Organización Mundial de la Salud (OMS). Ghebreyesus hizo un llamado urgente a los Estados para que su compromiso “vaya más allá de las palabras”, subrayando la necesidad de integrar la salud mental en la atención primaria y garantizar acceso equitativo a tratamientos. “Está bien no estar bien”, expresó, abogando por eliminar el estigma asociado a los trastornos mentales.
Uno de los puntos destacados durante el evento fue la discusión sobre inactividad física, considerada un factor crítico de riesgo. El Comité Olímpico Internacional advirtió que el 80% de los adolescentes y uno de cada tres adultos no realizan suficiente ejercicio, lo que podría resultar en 500 millones de nuevos casos de enfermedades prevenibles para 2030.
El evento se convirtió en una plataforma para compartir experiencias, construir alianzas y visibilizar a quienes se ven afectados por estas problemáticas. Con participación activa de responsables políticos, médicos y organizaciones internacionales, quedó claro que el futuro de la salud global depende del compromiso colectivo, así como de una inversión sostenida y una voluntad política genuina.
Cifra | Descripción |
---|---|
43 millones | Muertes al año atribuidas a enfermedades no transmisibles. |
1000 millones | Personas afectadas por algún tipo de trastorno mental. |
80% | Porcentaje de adolescentes que no hacen suficiente ejercicio. |
1 de cada 3 | Adultos que no hacen suficiente ejercicio. |
500 millones | Nuevos casos de enfermedades prevenibles estimados para 2030 debido a la inactividad física. |
Las principales enfermedades no transmisibles mencionadas son las enfermedades cardiovasculares, el cáncer, la diabetes y los trastornos respiratorios crónicos.
Estas enfermedades son responsables de 43 millones de muertes al año.
Más de 1000 millones de personas enfrentan algún tipo de trastorno mental, y el suicidio es la tercera causa de muerte entre los jóvenes.
Se alertó que el 80% de los adolescentes y uno de cada tres adultos no hacen suficiente ejercicio, lo que podría generar 500 millones de nuevos casos de enfermedades prevenibles para 2030.
El mensaje principal fue que el futuro de la salud global depende del compromiso colectivo, la inversión sostenida y una voluntad política real.