El cambio climático amenaza gravemente la seguridad alimentaria global, con proyecciones que indican una reducción drástica en las cosechas, especialmente en África subsahariana y partes de Asia. Un estudio revela que más del 90% de los países experimentarán disminuciones en el rendimiento de cultivos básicos para finales de siglo, afectando particularmente a naciones con bajo Índice de Desarrollo Humano. Las principales potencias agrícolas también sufrirán pérdidas significativas, con caídas de hasta el 40% en sus rendimientos. La investigación destaca la importancia de reducir emisiones para mitigar estos efectos y garantizar el acceso a alimentos suficientes y nutritivos, enfatizando que la acción climática es crucial para el desarrollo humano y la dignidad.
El cambio climático se perfila como una amenaza inminente para la productividad agrícola y el bienestar humano a nivel global. Las proyecciones indican que los países menos preparados para adaptarse enfrentarán los mayores riesgos. La plataforma Human Climate Horizons revela que más del 90% de las naciones evaluadas, es decir, 161 de 176, sufrirán disminuciones en el rendimiento de cultivos básicos para finales de siglo, incluso considerando las medidas de adaptación que puedan implementar los agricultores.
Pedro Conceição, experto en desarrollo humano, subraya que «el cambio climático no es solo un desafío ambiental; es una profunda crisis de desarrollo». Asegura que las cosechas abundantes son cruciales no solo para la seguridad alimentaria, sino también para sustentar medios de vida y fomentar la diversificación económica. En este contexto, advierte que las amenazas a los rendimientos agrícolas representan un peligro para el desarrollo humano tanto en el presente como en el futuro.
Las estadísticas presentan un panorama desolador para las naciones más empobrecidas. Se estima que los países con un Índice de Desarrollo Humano bajo experimentarán algunas de las caídas más severas en la producción agrícola, con una reducción promedio del 25-30% en el rendimiento de cultivos hacia finales del siglo bajo escenarios de emisiones muy elevadas.
Particularmente afectadas son las regiones de África subsahariana y ciertas áreas de Asia, donde los agricultores dependen mayoritariamente de la lluvia en lugar del riego y carecen de recursos suficientes para adaptarse a las nuevas condiciones climáticas.
A pesar de su capacidad productiva, las economías reconocidas como «graneros del mundo», que incluyen importantes productores de trigo y soja, no están exentas del impacto del cambio climático. En escenarios de calentamiento severo, estas regiones podrían experimentar pérdidas significativas en sus rendimientos agrícolas, con caídas que alcanzan hasta el 40%, lo cual podría desencadenar efectos dominó sobre los precios alimentarios, el comercio internacional y la estabilidad económica global.
Un estudio reciente que analiza seis cultivos fundamentales —maíz, arroz, trigo, soja, yuca y sorgo— ofrece un mensaje esperanzador: la reducción de emisiones es crucial. Si los países logran disminuir sus emisiones a niveles moderados, las pérdidas en la producción agrícola para el año 2100 serían menos de la mitad comparado con escenarios donde se mantengan altas emisiones.
Conceição añade que «el camino hacia un futuro sostenible y equitativo reside en una acción climática centrada en las personas». Asegura que garantizar acceso a alimentos suficientes y nutritivos no solo es vital para la supervivencia, sino también fundamental para la dignidad y el desarrollo humano.
Estos hallazgos resuenan con la Declaración de Belém sobre el hambre, la pobreza y la acción climática centrada en el ser humano, previa a la COP30 en Brasil. Este documento enfatiza que los sistemas alimentarios y la equidad deben ser centrales en las estrategias climáticas globales.
A medida que se proyecta este sombrío futuro, se debe considerar también una crisis ya existente. La FAO, en su informe El Estado de la Alimentación y la Agricultura 2025, advierte que la degradación del suelo provocada por actividades humanas ha reducido ya la productividad agrícola global en al menos un 10%, afectando directamente a 1.700 millones de personas.
| Cifra | Descripción |
|---|---|
| 90% | Porcentaje de países que experimentarán disminuciones en el rendimiento de los cultivos básicos para finales de siglo. |
| 25-30% | Caída media en el rendimiento de los cultivos en países con un Índice de Desarrollo Humano bajo para fines de siglo. |
| 40% | Pérdidas de rendimiento en potencias agrícolas bajo un calentamiento severo. |
| Menos de la mitad | Reducción esperada en las pérdidas de cultivos al cortar emisiones a niveles moderados. |
El cambio climático socavará dramáticamente la productividad agrícola y el bienestar humano a nivel global, con algunos de los mayores riesgos concentrados en los países menos capacitados para adaptarse. Se proyecta que más del 90% de los países evaluados experimentarán disminuciones en el rendimiento de los cultivos básicos para finales de siglo.
El África subsahariana y partes de Asia son especialmente vulnerables, donde los agricultores dependen en gran medida de la lluvia en lugar del riego y tienen menos recursos para adaptarse a las condiciones cambiantes.
Sí, las economías consideradas "graneros del mundo", incluidas las principales productoras de trigo y soja, no están aisladas del impacto del cambio climático. Bajo un calentamiento severo, estas regiones podrían experimentar caídas en el rendimiento de hasta el 40%.
La investigación sugiere que reducir las emisiones es crucial. Cuando los países logran cortar las emisiones a niveles moderados, las pérdidas de cultivos para el 2100 son menos de la mitad que bajo escenarios de altas emisiones.
Las amenazas a los rendimientos agrícolas representan amenazas para el desarrollo humano hoy y en el futuro. El cambio climático golpea un sistema alimentario ya debilitado, creando una tormenta perfecta para la seguridad alimentaria mundial.