Líderes mundiales han adoptado la Declaración Política de Doha en la Segunda Cumbre Mundial para el Desarrollo Social, reafirmando su compromiso con la erradicación de la pobreza, el empleo decente y la inclusión social. Este acuerdo destaca la importancia del desarrollo social como un imperativo moral y una condición esencial para la paz y el crecimiento sostenible. La cumbre reunió a más de 14,000 participantes, incluyendo jefes de Estado y representantes de diversas organizaciones, quienes subrayaron que el desarrollo no es solo responsabilidad gubernamental. La declaración también enfatiza la necesidad de fortalecer las instituciones multilaterales y reformar la arquitectura financiera global para garantizar un acceso equitativo al financiamiento, especialmente para los países en desarrollo.
En un escenario marcado por crecientes tensiones geopolíticas y divisiones sociales, los líderes mundiales se reunieron en la Segunda Cumbre Mundial para el Desarrollo Social, donde adoptaron este martes la Declaración Política de Doha. Este documento refleja una renovada determinación para avanzar hacia la justicia y la inclusión a nivel global.
La aprobación de la Declaración evidencia un compromiso colectivo de los gobiernos para enfrentar la pobreza, fomentar el empleo digno, combatir la discriminación, ampliar el acceso a la protección social y salvaguardar los derechos humanos. Además, subraya que el desarrollo social no solo es un imperativo moral, sino también una condición esencial para lograr la paz, estabilidad y crecimiento sostenible.
La cumbre congregó a más de 14.000 participantes, incluidos más de 40 jefes de Estado y Gobierno, 170 ministros, líderes de organizaciones internacionales, representantes juveniles, miembros de la sociedad civil y expertos en diversas áreas. En el Centro Nacional de Convenciones de Catar en Doha, los delegados intercambiaron ideas en un ambiente dinámico que incluía estudiantes, activistas y líderes comunitarios, resaltando que el desarrollo social es una responsabilidad compartida.
Nombrada en honor a su lugar de adopción, la Declaración Política de Doha reafirma el compromiso de los líderes con la Declaración de Copenhague de 1995 y con la Agenda 2030. Esta nueva declaración centra su enfoque en tres pilares interrelacionados:
La declaración vincula la justicia social con la paz, seguridad y derechos humanos. Promete no dejar a nadie atrás e insta a tomar medidas climáticas urgentes bajo el marco de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático y el Acuerdo de París, reafirmando los principios establecidos en Río sobre responsabilidades comunes pero diferenciadas.
El financiamiento ocupa un lugar central: se reitera que la Agenda de Acción de Addis Abeba es parte integral del camino hacia 2030. Asimismo, se acoge el Compromiso de Sevilla, que busca renovar el marco financiero global y demanda instituciones multilaterales más fuertes y representativas.
Tras la adopción del documento, Annalena Baerbock, presidenta de la Asamblea General, destacó que es crucial “llegar hasta el último tramo” para garantizar que nadie quede excluido. Al reflexionar sobre los avances desde Copenhague, mencionó que aunque ha disminuido el desempleo globalmente y ha bajado la pobreza extrema, las disparidades persisten especialmente entre mujeres y jóvenes.
Bajo su advertencia, el crecimiento económico por sí solo ha demostrado ser insuficiente para superar las desigualdades estructurales. Además, enfatizó cómo factores como el cambio climático, las presiones demográficas y los conflictos están exacerbando las vulnerabilidades sociales.
Borbock abogó por soluciones integrales que aborden simultáneamente cuestiones como pobreza, hambre, educación, salud y resiliencia climática. Subrayó que los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) deben ser vistos como un marco interconectado donde cada avance en un área propicia progreso en otras.
António Guterres, Secretario General de la ONU, advirtió sobre el lento avance hacia los ODS; muchos objetivos se encuentran estancados o incluso retrocediendo. “La Declaración Política de Doha representa una dosis de refuerzo para el desarrollo”, afirmó Guterres al describirla como un “plan del pueblo” orientado a ampliar la protección social universal y asegurar acceso equitativo a salud y educación.
Añadió que es urgente reformar la arquitectura financiera global para garantizar acceso justo al financiamiento necesario tanto para el desarrollo como para combatir el cambio climático. Esto resulta especialmente crítico para aquellos países en desarrollo que enfrentan crisis por deuda.
En conclusión, Guterres enfatizó que esta cumbre simboliza “esperanza a través de acción colectiva”, buscando movilizar voluntad política y recursos financieros necesarios para cumplir con las promesas establecidas desde Copenhague. “Guiados por la Declaración Política de Doha, entreguemos a humanidad el audaz plan que necesita y merece”, concluyó.
La Declaración Política de Doha es un compromiso adoptado por líderes globales en la Segunda Cumbre Mundial para el Desarrollo Social, que busca abordar la pobreza, crear trabajo decente, combatir la discriminación y ampliar el acceso a la protección social.
Los tres pilares del desarrollo social según la Declaración son: la erradicación de la pobreza, el empleo pleno y productivo y el trabajo decente para todos, y la inclusión social.
El objetivo principal es avanzar en la justicia y la inclusión a nivel mundial, asegurando que no se deje a nadie atrás en el proceso de desarrollo social.
El financiamiento es central en la Declaración; se reafirma la Agenda de Acción de Addis Abeba como parte integral de la Agenda 2030 y se pide instituciones multilaterales más fuertes y representativas para asegurar un acceso justo al financiamiento para el desarrollo.
El Secretario General António Guterres advirtió que el progreso hacia los ODS es demasiado lento y que varios objetivos están estancados o retrocediendo, enfatizando la necesidad urgente de reformas en la arquitectura financiera global.