Más de 417 millones de niños, el 20% de la población infantil mundial en países de renta baja y media, viven en pobreza extrema y sufren graves privaciones en áreas esenciales como educación, salud y nutrición, según un informe de UNICEF. Este estudio destaca que la pobreza infantil no solo afecta el presente de estos menores, sino también su futuro. África Subsahariana y Asia Meridional son las regiones más afectadas, con altos índices de carencias en saneamiento y acceso a servicios básicos. Además, factores como conflictos armados y desastres climáticos agravan la situación. A pesar de algunos avances recientes en bienestar infantil, el progreso se ha estancado y se requieren políticas efectivas para erradicar la pobreza infantil y priorizar el bienestar de los niños a nivel global.
Más de 417 millones de niños, que representan el 20% de la población infantil mundial, viven en países de renta baja y media, enfrentando al menos dos privaciones graves en áreas esenciales como educación, salud, vivienda, nutrición, saneamiento y acceso a agua potable. Esta alarmante cifra fue revelada por el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF) en su reciente informe anual sobre la situación de la niñez.
El estudio, publicado coincidiendo con el Día Mundial de la Infancia, celebrado cada 20 de noviembre, advierte que la pobreza infantil no solo compromete el presente de millones de menores, sino que también pone en riesgo el futuro global. La falta de recursos adecuados limita las oportunidades de desarrollo y socava el tejido social.
Este informe se basa en datos recopilados de más de 130 países y aborda la pobreza infantil desde una perspectiva multidimensional. No se limita a evaluar los ingresos económicos, sino que considera las carencias en seis ámbitos fundamentales para el bienestar infantil.
Aparte del significativo número de niños que sufren privaciones en dos aspectos críticos, se destaca que 118 millones enfrentan tres o más carencias graves, mientras que 17 millones padecen cuatro o más privaciones, según lo indicado por UNICEF.
Catherine Russell, directora ejecutiva del organismo, subrayó las consecuencias devastadoras que enfrenta un niño privado de derechos básicos como una nutrición adecuada o una vivienda digna. Instó a los gobiernos a invertir en el bienestar infantil: “Cuando los gobiernos se comprometen a poner fin a la pobreza infantil mediante políticas favorables, abren un mundo de posibilidades para la infancia”.
África Subsahariana y Asia Meridional son las regiones donde se registran las tasas más elevadas de pobreza multidimensional. En Chad, por ejemplo, el 64% de los menores experimentan al menos dos privaciones, mientras que casi una cuarta parte enfrenta tres o más.
El informe también señala que el saneamiento es la carencia más común; en países con ingresos bajos, el 65% de los niños carece de acceso a un retrete. En naciones con ingresos medianamente bajos y altos, esas cifras descienden al 26% y al 11%, respectivamente. Esta falta de instalaciones sanitarias adecuadas incrementa considerablemente el riesgo de enfermedades infecciosas.
UNICEF advierte que además de la pobreza estructural hay factores adicionales que agravan esta crisis: conflictos armados, desastres climáticos, cambios demográficos y el endeudamiento en países en desarrollo.
Aproximadamente cuatro de cada cinco niños experimentan al menos un evento climático extremo al año, y para 2024 se estima que uno de cada cinco vivirá en zonas afectadas por conflictos. A esto se suma que los recortes en asistencia al desarrollo podrían obstaculizar aún más cualquier avance logrado. Según UNICEF, al menos 4.5 millones de menores de cinco años podrían morir durante los próximos cinco años.
Casi el 20% de los niños del mundo vive actualmente bajo el umbral de pobreza extrema, definido como aquel estado donde una persona subsiste con menos de tres dólares diarios.
Dicha pobreza se concentra principalmente en África Subsahariana, donde más del 75% de los niños vive en estas condiciones críticas.
No obstante, esta crisis no es exclusiva a naciones empobrecidas. UNICEF estima que hasta 1400 millones de niños viven en situación económica precaria incluso en países con renta media alta.
Aún más preocupante es que en 37 naciones con ingresos altos aproximadamente 50 millones de niños -un 23 % del total infantil- viven en condiciones relativas a la pobreza, con ingresos muy inferiores a la media nacional. Aunque ha habido ligeras mejoras antes del año 2023 en estos países, también se han registrado retrocesos significativos en lugares como Francia, Reino Unido o Suiza donde la pobreza infantil ha crecido por encima del 20%.
A pesar del panorama sombrío descrito, el informe menciona ciertos avances positivos: entre 2013 y 2023, la proporción de niños con al menos una privación grave disminuyó del 51% al 41%, gracias a políticas nacionales enfocadas en mejorar las condiciones infantiles.
No obstante, este progreso reciente ha comenzado a desacelerarse. UNICEF enfatiza cómo los conflictos armados y el cambio climático, junto con problemas relacionados con deuda y brechas tecnológicas están socavando estos avances. La reducción drástica en asistencia al desarrollo podría exacerbar aún más esta crisis.
A pesar del contexto adverso generalizado, el estudio destaca algunos hallazgos alentadores provenientes de América Latina. Los programas exitosos destinados a proteger socialmente han demostrado ser efectivos para reducir la pobreza infantil.
A modo ilustrativo, UNICEF menciona las transferencias monetarias dirigidas , las cuales han contribuido significativamente a disminuir carencias básicas en países como Brasil y México. Estas iniciativas evidencian cómo una combinación efectiva entre voluntad política y políticas integrales -como ayudas económicas directas e inversiones robustas en servicios públicos- puede revertir tendencias negativas incluso dentro contextos complicados.
UNICEF propone cinco estrategias clave para erradicar la pobreza infantil:
A medida que el mundo destina alrededor de $272 mil millones anuales a gastos militares, cientos de millones siguen sin acceder a lo básico necesario para su desarrollo integral. Este hecho resalta una cuestión fundamental: no es tanto un problema relacionado con escasez financiera sino más bien con prioridades mal asignadas.
If the governments intensify their efforts to focus on investing in children’s needs and rights there is clear potential for progress,” asserts the agency while emphasizing the urgency of taking decisive actions to transform best practices into sustainable global policies that ensure no child is left behind.”
| Cifra | Descripción |
|---|---|
| 417 millones | Número de niños que viven en pobreza extrema y sufren graves privaciones. |
| 20% | Porcentaje de la población infantil mundial que vive en pobreza extrema. |
| 118 millones | Número de niños que enfrentan tres o más carencias graves. |
| 4,5 millones | Número estimado de menores de cinco años que podrían morir durante el próximo lustro debido a la pobreza. |
Más de 417 millones de niños, que representan el 20% de la población infantil mundial en países de renta baja y media, sufren al menos dos privaciones graves en aspectos esenciales como educación, salud, vivienda, nutrición, saneamiento o agua potable.
Los conflictos armados, los desastres climáticos, el cambio demográfico y el endeudamiento de los países en desarrollo son factores que agravan la situación de la infancia.
África Subsahariana y Asia Meridional concentran las tasas más elevadas de pobreza multidimensional. Por ejemplo, en Chad, el 64% de los menores padecen al menos dos privaciones.
UNICEF plantea cinco estrategias: convertir la erradicación de la pobreza infantil en una prioridad central del gobierno, integrar las necesidades infantiles en la planificación macroeconómica, fortalecer sistemas de protección social, garantizar acceso universal a servicios públicos esenciales y promover trabajo digno para padres y cuidadores.
El informe destaca que los programas de protección social exitosos en América Latina han demostrado ser eficaces para reducir la pobreza infantil, como las transferencias monetarias dirigidas en Brasil y México.