El antiguo director de “The New York Times” arremete contra la plantilla

Raines ha escrito un artículo de 23 páginas en una revista mensual –Atlantic Monthly- en el que describe sin pelos en la lengua cuales fueron los motivos de su destitución por parte de los propietarios del rotativo, e informa de que los males del mítico periódico son difícilmente solventables.

Entre los ataques que realiza no se salva ni el editor general Gerald Boyd, ni el hijo del que ha sido dueño y señor del periódico durante casi una centuria, Arthur Sulzberger. Sobre su antiguo jefe afirma que no tuvo coraje para enfrentarse a los cambios que la publicación requería, como una modernización a conciencia de la plantilla y los objetivos editoriales. No obstante, la nueva directiva ha realizado cambios sustanciales, con dos nuevos directores ejecutivos, editores de vigilancia para evitar fraudes, junto a un defensor del lector que cuide por la pulcritud editorial del medio.

Para Raines, la realidad se torna bien distinta, aún cuando fue uno de los directivos que apoyó la labor de Jayson Blair, el corrupto periodista que inventó noticias por doquier y se drogaba con frecuencia mientras las escribía. Raines opina que los problemas del rotativo pasan por una redacción demasiado protegida, vehemente en su búsqueda de la información, conservadora en exceso y con un convenio paternalista que aturde la audacia e iniciativa de la redacción.

Analistas de medios de Nueva York, sin embargo, consideran que estas observaciones son más fruto del resentimiento que de la realidad, y piensan que las continuas equivocaciones en la toma de decisión de Raines provocaron la caída de credibilidad del periódico, así como las intrusiones de información falsa tanto por parte de la reportera estrella Judith Miller, algunas de ellas publicadas en portada, como por las concesiones a un periodista, Blair, sin deontología profesional alguna.