Los diarios de Estados Unidos extreman los controles para evitar fraudes de sus redactores

Escándalos como la invención de fuentes e historias por parte de Jason Blair, de “The New York Times”, y de Jack Kelley, de “USA Today”, no pueden volver a repetirse. Ésta parece ser la consigna que ha llevado a alrededor de 350 diarios estadounidenses a poner en marcha, o a intensificar, sus medidas de control para evitar que los periodistas inventen sus reportajes.

Entre los mecanismos más habituales que, según la American Society of Newspaper Editor, han tomado los diarios en Estados Unidos, destaca la petición a los lectores de que denuncien cualquier anomalía que detecten y también se han incrementado los casos en los que los responsables de los rotativos han establecido contacto con las fuentes de los reportajes para verificar que éstas existen.

El creciente celo de los editores por verificar la autenticidad de lo que publican sus periódicos está provocado por los casos de los reporteros de “The New York Times” y de “USA Today” que admitieron haber inventado sus historias durante años.

Estas perversiones se intensifican en parte como consecuencia del protagonismo que ha tomado la televisión en los últimos años y que ha obligado a los diarios a ofrecer reportajes cada vez más ambientados y con más testimonios.

Las falsificaciones descubiertas en los últimos meses –que, después de los casos de Blair y de Kelly, se han dado en al menos diez periódicos más en todo el país- ha hecho que los editores empiecen a temer que sus redactores obtengan la información de bases de datos y de Internet.