Opinión

Consultoras Tecnológicas: las “imprentas” del siglo XXI

Juan Pablo Mateos
Juan Pablo Mateos Abarca | Miércoles 22 de octubre de 2014
La segunda gran revolución tras el medio impreso es el espacio virtual. El papel coexistirá durante unos años con la pantalla pero lo obsoleto de su planteamiento hace que tenga las décadas contadas.

Las imprentas han hecho el caldo gordo con los editores que se aventuraban a crear un medio, enmarcando unos condicionantes basados en ofrecer un servicio inevitable para generar la publicación de papel. En el futuro la oferta de servicio será el conocimiento, no la maquinaria

Las grandes imprentas son máquinas caras que, dependiendo del servicio que ofrecen, pueden llegar a medir decenas de metros de largo y varios de ancho. Ya sean rotativas o imprentas planas, se trata de aparatos de precio muy elevado, pero que una vez rentabilizados, a pleno rendimiento de producción, producen grandes beneficios. El papel empieza a ser reemplazado por el medio digital por varios factores, entre ellos, podemos tener en cuenta los siguientes:
  • El incremento y mejora del servicio en Internet: hace pocos años la velocidad de transmisión-recepción de datos era lenta y cansina, actualmente tenemos, a muy bajo precio, proveedores de servicio que incluyen toda la oferta digital, visual, Internet y telefonía analógica.
  • El planteamiento primitivo de aplastar cortezas de árboles y escribir o prensar tinta sobre ellas para comunicar; este sistema lleva más de 400 años implantado por incapacidad de ser reconvertido. La era digital es la oportunidad de oro para encontrar una vía nueva de transmisión, documentación y recepción de conocimiento. No requiere espacio tangible, se pueden crear sistemas redundantes que convierten el archivo documental en perpetuo e imperecedero y su oferta multimedia aventaja con mucho los caracteres alfanuméricos impresos.
  • La disminución de los precios de los ordenadores de sobremesa y sobre todo los portátiles; la conexión UMTS ofertada por proveedores internacionales y la tarifa plana de conexión.
  • Los nuevos formatos: libros digitales, papel plástico sensible y flexible, etc…
  • Los altos precios del papel y del servicio de imprenta. Los márgenes de beneficio cuando eran el único soporte para el editor de medios eran muy elevados. El editor de empresa informativa, como gestor y empresario siempre busca una vía de reducción de costes basada en el beneficio neto obtenido independientemente de la inversión realizada. Si el balance de beneficio es mayor proporcionalmente a la inversión, y la audiencia también, el editor observa el medio digital como una oportunidad, no como un gasto obligado pero innecesario.


Por estas razones y otras muchas el papel se convertirá en el resquicio de una época boyante llena de medios impresos y de una oferta, en sus últimos años, desmesurada. Sin embargo, el futuro que se avecina hará florecer un nuevo tipo de “imprentas” en las que no será tan importante una maquinaria de dimensiones descomunales, sino el capital humano, los medios de gestión o desarrollo y los sistemas de trabajo, la cualificación y creatividad en el diseño, la oferta de velocidad virtual y de servicio, la fiabilidad en la conexión y la consultoría/asesoramiento de medios ya sea informativos o de mercado para su desembarco en la red.

Las consultoras y empresas tecnológicas vivirán una etapa de auge que tal vez dure otros tantos siglos. Se valorará el conocimiento más que la plancha de metal, y la oferta de ideas y de conceptos antes que el gramaje del papel o la calidad de la policromía del granulado.

El futuro es conocimiento adquirido y transmitido, cuanto mayor sea el avance de los desarrollos tecnológicos mayor será la cotización de la empresa informativa. Cuanto mayor la oferta de aplicaciones, programas, funcionalidades y servicios, mayores las posibilidades de tener éxito en el mercado.

La consultoría, la programación, la formación técnica y las posibilidades de las empresas para ofrecer el mejor producto o servicio en Internet a los editores del siglo XXI, obtendrán la confianza del mercado. A mayor número de empresas tecnológicas mayor será la competencia, pero una pequeña oferta de capital humano “avanzado”, ante una avalancha de oferta, creará un hueco de servicio sólo cubierto por los más capacitados y que antes hayan entendido que el primero será el mejor.

Juan Pablo Mateos Abarca

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