Opinión

La “política” de los contenidos en Internet

Juan Pablo Mateos Abarca
Juan Pablo Mateos Abarca | Miércoles 22 de octubre de 2014
La estructuración de contenidos en los sitios web tiene diferentes opciones, cada una con repercusión directa en el número de visitas de los portales. Producir contenidos constantes y dinámicos siempre incrementa el número de impactos, ese hecho es demostrable. Sin embargo, los contenidos deben tener calidad y no sólo cantidad, además, por supuesto, de actualidad casi instantánea.
Muchos editores no comprenden las nuevas formas de comunicación, ni tampoco que la inmediatez está disponible hasta el punto de generar imágenes en tiempo real desde cualquier parte del mundo, que pueden ser integradas en las noticias junto al reportaje.
La Agencia EFE, usaba equipos “Tecnavia” hace quince años, esos sistemas de transmisión satélite cubrían grandes pruebas deportivas, por ejemplo, en cualquier parte del globo: era el no va más en tecnologías informativas. Los equipos eran de un tamaño considerable, y el envío de imágenes estaba limitado a material gráfico estático, o sea, sólo fotos. Actualmente, cualquier reportero en un estadio que carezca de formato televisivo puede, con una cámara de tamaño mínimo y una conexión UMTS, enviar todo tipo de reportajes animados, a gran calidad, así como, por supuesto, imágenes de varios píxel de densidad susceptibles de ser impresas en un periódico o revista al instante.
El factor limitador de todas estas capacidades es el coste de plantilla. El gasto excesivo de trasladar el equipo humano a la zona de interés provoca que las agencias, como siempre, sigan ofreciendo estos formatos a su manera. No obstante, las nuevas técnicas podrían dar lugar a una disminución del pago de agencia, pero el cambio es demasiado drástico para cualquier editor “clásico” y deja a las agencias que hagan su trabajo y se lo ofrezcan al menú, sin embargo, en las noticias de ámbito local siempre es una opción.
Los problemas que se encuentra el editor ante el avance tecnológico, y el criterio correcto para incrementar el valor de su empresa informativa son variados, los más importantes serían:
  • La baja formación de los reporteros de plantilla en el uso de nuevas tecnologías, unido a la casi inexistencia de cursos de formación en esta nueva “cultura” de la información.
  • El desconocimiento o la ausencia de interés del editor por la nueva hornada técnica, que le encasilla en sus formatos de siempre, temiendo que un cambio tan amplio de su esquema de trabajo le provoque más problemas que beneficios.
  • La presunción de que semejante alarde informativo tiene altos costes de inversión, desconociendo que las últimas tecnologías han bajado su precio a limites asequibles para cualquier empresa de tamaño medio o incluso reducida con alta rentabilidad.
  • La inexistencia de reductos informativos, o canteras de contenidos, válidas. Esto implica que si no hay canales de información desde donde generar noticias nuevas, dichas noticias no pueden ser editadas.
  • La falta de reflejos o cintura para adaptarse a las nuevas tendencias o considerar que una sola inversión en un campo tan voluble y cambiante es suficiente a largo plazo.
La nueva generación 4G y 5G, incrementando la velocidad de transmisión en el espacio radioeléctrico, amplía de forma exponencial las posibilidades de comunicación de eventos, hechos y noticias con mínimo espacio y máxima rapidez. Sin embargo, la rapidez informativa también tiene sus riesgos, la ausencia de contraste, la posibilidad de cometer errores irreparables antes de colocar “On-line” la información, la urgencia o las “prisas” que provocan un aumento de erratas y una estructura sin lógica argumental y otras amenazas que requieren un análisis en otros ámbitos basados en la deontología profesional, la ética periodística y los filtros de control de los medios.

Juan Pablo Mateos Abarca

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