El Estatuto del Periodista comienza su andadura con la propuesta de un código ético

La comparecencia del catedrático en Ciencias de la Comunicación es la primera de una lista de más de cuarenta, entre representantes de agrupaciones de periodistas y profesionales de diversos medios, con el fin de aportar sus ideas para la elaboración de la Proposición de Ley sobre el Estatuto del Periodista Profesional. Torre Cervigón participó en el texto original elaborado por los periodistas y asumido por IU-ICV para dar pie a esta proposición.

Según señaló, en el nuevo texto debe recogerse, entre otras cosas, la existencia de una acreditación que distinga al periodista en ejercicio, “y que haya unos deberes, fundamentalmente el código ético, que se tiene que poder exigir a los profesionales mediante un organismo independiente”.

Además, reclamó “que haya un derecho efectivo y real al ejercicio de la cláusula de conciencia”, el reconocimiento al derecho de acceso a las fuentes, “con facilidades de acceso especialmente a las institucionales”, así como derecho a la creación de consejos de redacción y a los derechos de autor.

En este sentido, añadió que respecto a las ideas clave “parece que hay consenso y que no las discute nadie”, y que, según dijo, tampoco ha habido oposición a estas reivindicaciones en la Comisión. “Pero la realidad es que aunque no hay un disenso total no sale el estatuto y no hay manera”, comentó.

Torre Cervigón continuó afirmando que “evidentemente, este estatuto está hecho por los periodistas y quienes hacen las leyes son los políticos y no cabe duda de que ellos deciden si esto va aquí o de esta manera, por lo que aunque los derechos de los periodistas son claros, hace falta que los parlamentarios acuerden su redacción”. “Yo los veo indiscutibles pero hay quien dirá que España no está madura para reconocer el derecho de autor de los periodistas, y son los políticos los que hacen la ley y ellos verán”, apuntó.

Por último, aseguró que haría falta, además del consenso en el arco parlamentario, el consenso entre los periodistas y las empresas propietarias de los medios, “lo que es incluso más difícil”, según Torre.