El presidente de Telefónica viaja a Colombia para frenar la compra de Telecom por el magnate Slim

Si hace una semana parecía que Telmex, el “único competidor” de Telefónica en el tablero de Latinoamérica, conseguía hacerse con una plaza estratégica en su guerra con la española, ahora todo es incertidumbre. Las críticas a la operación de Slim le han abierto las puertas a Alierta.

Las compañías telefónicas de Bogotá y Medellín, ETB y ETP, están interesadas en la puja por Telecom y han pensado en la española Telefónica como socio más indicado para embarcarse en la aventura. El viento a favor actual, tras el clamor contra la entrada de Slim, podría propiciar la entrada de la compañía española en la pública de telefonía fija, que cuenta con tres millones de líneas y presta servicios en 940 ciudades y pueblos de Colombia.

De momento, los 350 millones de dólares ofrecidos por Telmex para adquirir el 50% de Telecom y fusionarla con su filial en Colombia han provocado la suspensión del acuerdo bendecido previamente por el propio Uribe. Esa cantidad, según denuncia el contralor General de Colombia, “constituye un detrimento patrimonial que puede llevar a juicios fiscales contra los responsables”. Para empezar a hablar tienen que ofrecerse, al menos, 500 millones.

Por otra parte, la Comisión del Mercado de las Telecomunicaciones va a obligar a una nueva revisión de sus tarifas a las compañías de móviles españolas. A partir del 1 de octubre, forzará a las operadoras a una rebaja entre un 9,5 y un 14,2 por ciento de las tarifas de terminación de llamada a otro operador, tanto fijo como móvil. Además, las asociaciones de consumidores OCU y Facua han denunciado la práctica del redondeo en la facturación de las llamadas.