La revista “Época” analiza la obsesión de la Princesa Leticia Ortiz por los medios de comunicación

Según el comunicado remitido, en un amplio reportaje “se cuentan las obsesiones periodísticas de Letizia, que estos días está particularmente afligida por la muerte de su abuelo paterno José Luis Ortiz”. La revista señala que a la princesa “le interesan las páginas de nacional e internacional de los periódicos y, desde hace un tiempo, sigue además el mundo de la moda. Se puede pasar horas conectada a Internet y vive su situación de personaje mediático como “un calvario”. En ficción, su tema favorito es la novela histórica”.
”Letizia Ortiz es curiosa, inquieta y perfeccionista. Lleva el periodismo en las venas y es incapaz de encerrarse en una burbuja y permanecer ajena a la actualidad”, señalan desde el semanario.

Xavier Horcajo (Época) por su parte asegura que el objetivo es que Fernando Huarte no comparezca ante la comisión del 11-M. Para ello el Gobierno no ha dudado en entregar ficha a ERC, en forma de gestión de aeropuertos. La pregunta es si ¿conocía Huarte las relaciones entre ETA y el terrorismo islamista en las prisiones españolas? Y hay más. ¿Sabía Huarte que Abdelrkim Bensmail obtuvo de manos de presos etarras una televisión en la celda de aislamiento de Villabona para poder gozar con los atentados del 11-S en Nueva York? ¿Sabía que Bensmail también celebró con cánticos y alabanzas pro yihaidistas la muerte de los siete agentes del CNI en Bagdad en noviembre de 2003? Aún así, ¿decidió prestarle todo tipo de apoyo humanitario de acuerdo con el CNI?¿Estuvo el pro Al Fatah, Huarte involucrado en operaciones de envío de escudos humanos a Irak? ¿Su organización se relacionó con Yusuf (antes José Luis) Galán, interventor de Herri Batasuna, convertido al Islam en el País Vasco, que decidió trasladarse a Asturias y fundar una asociación cultural pro islámica de corte radical?.

En las páginas de divulgación Lorenzo Esteve (Época) trata de responder a la pregunta que algunos se plantean ante el evidente deterioro de salud de Juan Pablo II, ¿realmente puede renunciar?.

En la nota de prensa remitida por el semanario se señala que "de acuerdo con el Código de Derecho Canónico podría hacerlo (artículo 333.2), siempre que cumpla dos condiciones. La primera es que la renuncia sea formal y pública, es decir ante el Colegio de Cardenales. Y la segunda es que la decisión sea libre, y no por imposición de alguien. De otro modo, la renuncia resultaría inválida. Pero esa posibilidad, perfectamente legítima, apenas ha sido tenido en cuenta por los sucesores de San Pedro al frente de la Iglesia Católica. De los 264 pontífices que ha habido, sólo 4 han abdicado de manera incuestionable. Y Juan Pablo II, ya ha dejado bien claro que él no piensa hacerlo, porque entiende que la suya no es una misión meramente humana, sino “un encargo del Resucitado”. Está dispuesto a seguir hasta el final, en medio del sufrimiento y el cansancio"".

Todo esto y mucho más, en el número de abril de "Época".