El “Murdoch Valenciano” se desvanece…

La polémica persigue al mundo editorial, ya no se trata sólo de escándalos a nivel nacional como el acontecido en el Diario Gratuito ‘Metro’, donde una falsa portada provocó el despido de su director de redacción, Ramón Pedros, acompañado por el director comercial, Francesc Martínez y el director de arte, …, ahora los problemas han llegado a Valencia, aunque estos problemas se remontan en el tiempo cuatro años atrás y se saldan con comerciantes enfadados, trabajadores impagados, proveedores arruinados, grupos impresores reclamando decenas de millones de las antiguas pesetas y entidades públicas en alerta roja ante lo que parece haber sido un engaño en toda regla y con miedo a verse salpicados.

De hecho los juzgados de Valencia están tratando de esclarecer la verdad sobre un gran grupo editorial que, ni era tan grande ni es ya editorial, un grupo por el que desfilaron periodistas de prestigio atraídos por contratos suculentos y que, tan pronto descubrieron la verdad sobre el mismo, escaparon por piernas, eso sí, sin haber cobrado lo firmado con la susodicha empresa.

En el juzgado se cuecen demandas y reclamaciones contra las empresas pertenecientes al, en falsa apariencia, gran grupo editorial, todas ellas vinculadas, no sólo por ser reclamaciones de deudas, sino por acusar a empresas con un mismo administrador, mente privilegiada alojada en voluminoso cuerpo que, pese a aparecer semanalmente en el Boletín Oficial de la Provincia por las denuncias presentadas en su contra y por los embargos ejecutados contra sus empresas, cree poder seguir contando con el favor de diversas entidades públicas que ahora, por fin, se han quitado la venda que tapaba sus ojos y empiezan a querer saber la verdad que esconde este presunto empresario antes de verse atrapadas entre la espada y la opinión pública.

El escándalo está servido, de momento pocos quieren reconocer públicamente que este empresario les engañó, que le dejaron imprimir sus periódicos a cambio de promesas de pagos futuros, ¡y tan futuros! Más de un año llamando a sus secretarias, a sus móviles, a sus conocidos, y a fecha de hoy la deuda es la misma, y, en algunos casos, mayor, pues el seudo empresario es aficionado a eso de entregar pagarés y cheques que no llegan jamás a ser efectivos, generando únicamente comisiones y gastos de devolución.