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Revitalizando a un Presuntuoso de 33 Años.

Neil Fowler / Fuente: revista-ideasonline.org

miércoles 22 de octubre de 2014, 12:37h
El Toronto Sun es una de las grandes historias de éxito de la posguerra del mundo occidental. Concebido en 1971 por tres empresarios del periodismo, luego del cierre del Toronto Telegram, el periódico se multiplicó en tres periódicos más y adquirió muchos otros antes de pasar a formar parte de Quebecor in 1998.

En el camino vendió millones de ejemplares, hizo buenas ganancias, y demostró a la adusta plaza canadiense que había lugar para un tabloide corajudo y temerario.

Pero ninguno de nosotros puede vivir de glorias pasadas. El mercado había cambiado y el Sun, que alguna vez había estado a la cabeza de todos, andaba a la deriva por terrenos inciertos.

El lanzamiento del National Post en 1998, que provocó suicidas campañas de muestreo y de cantidad, y el lanzamiento de tres diarios gratuitos, habían transformado a Toronto en la plaza más competitiva de América del Norte.

Para fines de 2003, aunque la guerra de periódicos se había suavizado un poco, era aún más severa que en cualquier otro campo de batalla del continente.

La tarea para la que me designaron había sido la de producir un nuevo entusiasmo y un nuevo rol para el Sun, tanto protegiendo como incrementando, luego, su base central de clientes.

El Sun era reconocido por su actitud, sus grandes proezas de ventas y su brillante cobertura deportiva. Pero ¿había retrocedido el periódico que antes se caracterizaba por ser innovador?
Consecuentemente, luego de un detallado análisis del contenido del periódico, desarrollamos una nueva visión para convertirnos en la mejor lectura de 30 minutos de la zona suburbana de Toronto con una frecuencia diaria.

El director de redacción Mike Therien, Michael Crozier, consultor de diseño, Alan Geere, especialista en contenido editorial y yo, formamos el equipo central que dirigiríamos las mejoras. Therien también armó equipos de gerentes superiores para desarrollar las especificaciones a partir de las ideas generales a las que estábamos dando forma.

Nuestros planes se basaron en el deseo central de evaluar cada palabra del contenido.

Introdujimos la filosofía del espacio ganado – enviando las mejores historias de cada día a los mejores espacios – un concepto que algunos hallaron difícil de aceptar. Pero que era vital si queríamos mantener el entusiasmo por la nueva fundación que deseábamos llevar al periódico.

El periódico tenía que simplificarse, con un equilibrio mucho mejor entre noticias serias y noticias normales. Más informativo, más activo y más sexy – pero serio cuando era necesario – y continuando su rol como guía esencial tanto de los deportes como del entretenimiento en Toronto.

El esquema del diseño editorial se cambió por uno de seis columnas, volviéndolo más claro tanto para aumentar los ítems unitarios como para conservar la profundidad de la historia, usando tipos de letra mucho más nítidos para el cuerpo y para los titulares, lo que dio mejores cifras junto con una facilidad de lectura mejorada.

En la página uno planeamos una nueva cabecera más potente y el retorno a una cobertura informativa más personalizada. La página dos se convertiría en un sumario detallado del día, que iba a guiar a nuestros lectores por las páginas del diario.

Reagrupamos las páginas, dándole más lógica al flujo de información, en tanto que intentamos ofrecer a los lectores mayor valor por su tiempo de lectura.

Invertimos el orden de Deportes haciéndolo empezar por las páginas internas de atrás e iniciamos un proceso de racionalización de nuestro producto dominical fusionando algunas de las distintas secciones. Eliminamos nuestra limitada cobertura del mercado de cambios.

Pero este rediseño fue solamente una señal de los que estamos haciendo – ya que el énfasis principal estuvo en el cambio del contenido – la naturaleza y la cantidad de las historias que estábamos cubriendo y la forma en que las cubríamos.

Nos habíamos vuelto muy orientados al crimen y estábamos llenos de opiniones de nuestros columnistas. Pedimos a los redactores de contenido más historias de personas y temas que fueran más relevantes para nuestros lectores principales recurriendo menos a las noticias institucionales.

Hace solo un par de meses de este nuevo periódico – y nos está yendo bien. Pero todavía nos falta un largo camino.

Nuestro nuevo mandato es no estar nunca satisfechos – ya que el cliente nunca lo está – y buscar siempre cambiar y mejorar.

La base de clientes nunca va a ser estática – y tampoco podemos nosotros -- mientras tratamos de asegurar que el Sun siga creciendo en éste, el más duro de los entornos de periódicos.
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