www.gacetadeprensa.com
Equipos Si, Tribus no

Equipos Si, Tribus no

Rodrigo Fino/ Fuente: www. revista-ideasonline.org

miércoles 22 de octubre de 2014, 12:37h
El éxito de un periódico no radica exclusivamente en una sola variable. La tipografía, el diseño, la marca, los contenidos, son un conjunto de valores que enlazados con cierta precisión, logran la consagración de un medio. El todo es más que la sumas de sus partes. Con el correr de los tiempos y el avance tecnológico algunas de las características enumeradas han ganado protagonismo por sobre otras. Pero una, no tan evidente a la mirada desprevenida del lector, influye decididamente en la calidad final de una publicación: es el trabajo en equipo (o el no trabajo en equipo) entre los periodistas, fotógrafos, editores y diseñadores. Esta influencia es directa ya que la resultante final de este trabajo termina, indefectiblemente, ante los ojos del lector.

Desde hace muchos años las publicaciones impresas, en teoría, han dejado de producirse como compartimientos estancos, sin comunicación entre sí y como una larga cadena industrial que ensambla parte por parte un producto final determinado. Hoy la elaboración de la información se ha visto facilitada por la tecnología y al mismo tiempo se ha complicado por la falta de implementación de un proceso de trabajo creativo y en equipo, dando como resultado que se siga produciendo una publicación con la última tecnología digital, pero con los procedimientos de la era del plomo.
La sobreabundancia informativa va acompañada de efectos colaterales. Cuando miramos la televisión o escuchamos la radio, no asumimos directamente que estamos pagando por la información que obtenemos por estos medios. La sensación de gratuidad se impone, aún cuando paguemos puntualmente nuestro abono de televisión por cable o satelital.

En este contexto el destilar la información, la calidad y originalidad en el enfoque de los contenidos destacando aquello que es más relevante e importante; poniendo en primer plano la información sustancial para el lector y sobre todo haciéndola accesible y de fácil comprensión, es la tarea a la cual se encuentra no sólo el editor periodístico, sino también el diseñador al pensar su puesta en página.

Algunas ideas al respecto:
1. No todo se puede segmentar y escribir en un recuadro o despiece, hay géneros y estilos periodísticos que hay que cuidar y respetar.

2. Ningún texto es intocable como para no ponerle ladillos o destacados; estos descansos, ubicados con criterio y precisión, ayudan a la lectura del texto
3. Editar y hacer un buen índice es un fastidio para el editor pero un bálsamo que el lector agradece ya que nos hemos acostumbrado a que estas piezas estén incorporadas a nuestra vida cotidiana de manera irreversible: las guías de teléfonos, los CD Rom, los web sites, los DVD, los mapas de ubicación de los subterráneos, los libros. Todo tiene un índice o navegador que los vuelva más funcionales y útiles.

4. La tipografía con buena legibilidad es premisa clave, un diario o revista no es un catálogo de tipografía para expertos. Están compuestos en promedio, en un 85% de texto y, generalmente, se compran para leer no para ver qué tipografía nueva hemos puesto en la sección de cultura.

Las tan renombradas (hasta el aburrimiento) simplicidad, limpieza y funcionalidad del diseño, han dejado de ser una tendencia para convertirse (o deberían hacerlo de una buena vez), en formas de trabajo asumidas por defecto: facilitar la lectura y la asimilación de la información (es el nuevo mantra que debemos repetir). Nada debería, y mucho menos el diseño, interponerse entre la lectura, la calidad informativa y el lector. Pero nada de todo esto se podrá lograr si en el proceso los diseñadores y editores no se asumen como una unidad de elaboración de información editorial, con un ideario común y una visión de conjunto que no se limita a un soporte determinado. Después de todo la estructura visual de una revista o un periódico es sólo el sostén de la narrativa, estilo y calidad informativa de una publicación. Nunca al revés, sino tratemos de explicar como The Wall Street Journal ha llegado al año 2000 con un diseño que de mínima podríamos tildar de anticuado.

Un lector no invierte sólo dinero al leer un medio impreso. Dedica su valioso tiempo, atención y dedicación ya que es difícil que pueda hacer otra cosa más al leernos (por suerte, por ahora, el fantástico "multitareas" es una función de las computadoras Mac). Lo cual obliga , doblemente, a que toda la información esté en función del lector, desde la selección de la fotografía hasta la diagramación, ya que no podemos pedirle más al lector (ya lo ha dado todo, tiempo y dinero ¿qué más podemos pedirle?). Lo demás lo debemos poner los diseñadores y editores trabajando en equipo, sin ser mezquinos en el esfuerzo. Pero el trabajo en equipo no debería detenerse allí, hay que incorporar a esta tarea al marketing, ya que después de todo las publicaciones deben venderse y llegar a los puntos de ventas en tiempo y forma, con calidad y al público que se ha seleccionado como lector debemos sorprenderlo y deleitarlo.

Se escribe, se edita, se diseña pero también que venda. ¿Quién dijo fácil?
¿Te ha parecido interesante esta noticia?    Si (1)    No(0)
Compartir en Google Bookmarks Compartir en Meneame enviar a reddit compartir en Tuenti

+
0 comentarios