2003, un año negro para el periodismo que se salda con 83 muertes

Trece periodistas más que el año pasado han caído en el ejercicio de su profesión. La FIP, en su informe anual, denuncia la continua violencia que se ejerce contra los reporteros, no sólo en Irak (considerado el conflicto más sangriento del año), sino también en Filipinas y Colombia.

De los 83 reporteros que han sido asesinados en 2003, la FIP ha pedido investigaciones especiales en siete casos, entre ellos en los de los españoles José Couso y Julio Anguita Parrado. El motivo es que la federación considera que no se han explicado suficientemente estas muertes. El 8 de abril, fecha en la que se cumple un año desde el ataque al Hotel Palestina en el que murió Couso, se celebrará una jornada internacional de protestas.

Además de Irak, dos de los puntos más conflictivos para los periodistas son Colombia y Filipinas. En el primero han caído ocho reporteros y en el segundo, tres. La razón de estas muertes es que el periodismo, en estos países, sirve para denunciar casos de corrupción económica y política, lo que suele acarrear la muerte del profesional que saca estos asuntos a la luz. Para la FIP, lo más preocupante de esta situación es la indiferencia de los gobiernos, por lo que los asesinatos suelen quedar impunes.

Las muertes más impactantes en ambos países han sido las del periodista radiofónico Juan Emeterio Rivas, el redactor de televisión Guillermo Bravo Vega (ambos colombianos) y en Filipinas, las de Apolinario Pobeda y Bonifacio Gregorio.

Ante la difícil situación de los profesionales de la comunicación en ciertos lugares del mundo y de su falta de seguridad cuando deben cubrir los conflictos más peligrosos, la FIP ha decidido poner en marcha algunas medidas y programas, entre ellos, la red de protección de periodistas que se está estableciendo en Colombia.