La Edición Fotográfica de la Portada

Las portadas de los periódicos no son para estudiar sino para reaccionar. Desafortunadamente a lo largo de los años, el tiempo que le dan los lectores a la portada antes de decidir su reacción se ha acortado cada vez más. Para pasar el test del “kiosco” o de la mesa de un café, la tapa debe tener un fuerte impacto visual, que en el 99% de los casos depende de una buena fotografía. El problema principal de la mayoría de las portadas es que tienen fotografías aletargadas y pasivas. Al mismo tiempo la tapa no es una galería para fotografía artística. Es el lugar para la mejor foto noticiosa del día, aquélla que transporta una historia o dos, la que crea emoción, la que atrapa al lector y lo lleva a leer la nota en el interior del periódico. Las fotos de tapa deben ser activas, sorprendentes y, cuando sea posible, muestran gente. La tapa no es lugar para una foto panorámica de la hermosa Alambra, salvo que dos líderes mundiales se encuentren ahí. Con algunas excepciones, la portada tampoco es el lugar para infografías gigantes que requieren que el lector se detenga en su contenido. La infografía es una de las grandes técnicas narrativas para uso de los editores, pero funcionan mejor en las páginas interiores.