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Se deniega el control OJD al gratuito valenciano “Diario Express”

miércoles 22 de octubre de 2014, 12:37h
El 'Diario Express' cumple las mismas condiciones que otros periódicos con OJD
El 'Diario Express' cumple las mismas condiciones que otros periódicos con OJD
Los periódicos gratuitos, una fórmula que asomaba tímidamente en el mercado editorial español hace unos años, y sólo en publicaciones locales, está provocando un vuelco en la mentalidad de los editores, distribuidores y vendedores. Los gratuitos rompen la baraja con una fórmula importada de los países nórdicos que invade como una plaga centro europa y los países del sur. España no es una excepción.
Las razones aducidas por la OJD para no conceder el control de difusión al gratuito “Diario Express” se basan en el Artículo 4.18.1 del reglamento de publicaciones, que afirma en sus apartados que sólo se podrán controlar las distribuciones en bloque, las suscripciones y los bloques establecidos en lugares públicos; considerando que la exposición y la entrega en mano no valen. Sin embargo, otros periódicos gratuitos incluso de la misma zona geográfica sí han sido aceptados para su control, realizando una distribución similar, dando a entender que los planteamientos de la OJD son, cuando menos, ambiguos.
Los diarios gratuitos “Metro” y “20Minutos” son dos ejemplos, quizá los más claros, de la batalla que enfrenta a esta forma de editar con las organizaciones encargadas de sopesar, medir y calcular ventas, tiradas y difusión. No obstante, “Metro” y “20Minutos” continúan su expansión por el territorio nacional. Los últimos lanzamientos de las dos cabeceras, cubriendo capitales de provincia, dan lugar a una alocada carrera para conseguir plazas vírgenes de periódicos gratuitos, con una fórmula que se repite en Sevilla, Zaragoza, Barcelona, Madrid y, últimamente, en Málaga, Bilbao y Galicia por parte de Metro.
Un sistema configurado desde hace décadas en base al control de venta y de difusión, con métodos de cálculo, estadística y análisis centrados en puntos de venta, impresión y zonas muy definidas de distribución; ha dado lugar a planteamientos que podrían requerir una nueva legislación. El control de estos nuevos diarios se ha convertido en una vorágine de tiradas, demandas, sanciones, distribución confusa, ausencia de distribuidoras clásicas y de referentes y estructuras de contenido más directas y sintetizadas.
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