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Dar a los Lectores Ligeros lo que Ellos Quieren

Gladyori A. Rodríguez / Fuente: www.revista-ideasonline.org

miércoles 22 de octubre de 2014, 12:37h
Conquistar nuevos lectores no es una tarea fácil y más si se trata de mantenerlos a largo plazo. Es obvio que un producto uniforme, con características muy marcadas y cerradas no puede llegar a todos los públicos; y descubrir cuáles son las fórmulas para captar lectores en la "Era de Internet", en el imperio de la imagen, requeriría de horas de discusiones.
Al tratar de unificar los intereses de una generación madurada por otro contexto histórico con los intereses de las nuevas generaciones, cada vez más cautivadas por lo moderno, nos adentramos a un terreno irregular, con abismos estructurados por la tecnología. Llegar hasta todos podría verse como una utopía. Ahora bien, ¿qué sucedería si a cada lector se le ofrece lo que realmente quiere?
Lo primero es identificar el blanco de público que queremos y conforme se van obteniendo los resultados ir ampliando el radio de acción. Para ello el sistema más utilizado, pero no por ello menos efectivo, serían las encuestas directas, el tú a tú con los potenciales lectores que bien podría conseguirse por el tan usado Internet. Pero una encuesta sin ofrecer opciones abiertas, que arroje el verdadero sentir de la población lectora. En adición los "focus groups", o estrategia de mercadeo donde varios usuarios discuten las cualidades y desaciertos de un producto también podrían arrojar bastante luz al respecto.
Una vez identificado el renglón de público con sus intereses lo importante es hacer que ese lector se convierta en el protagonista, que se sienta consultado, involucrado e identificado con las informaciones.
De ahí que las secciones acerca de los problemas urbanos sean tan leídas en países centroamericanos o que familias completas corran un día determinado de la semana adquirir un periódico porque ofrece algo diferente.
En otro orden a manera de sugerencia se podría identificar un día de la semana para dedicar alguna sección a un grupo específico. En ese sentido como muestra tendríamos que si nuestro público más apático es el sector empresarial lo más conveniente sería lanzarles ganchos para la lectura atrayéndoles con secciones especializadas sobre el sector, e incluso dejar que grandes figuras conocidas puedan exponer sus ideas a través del medio.
De acuerdo con el contenido ofrecido por los medios podría determinarse que uno de los grupos lectores que tienden a dejar más de lado la lectura de los medios impresos son los jóvenes. Estos sin importar su edad, dan mucho valor a lo que ocurre más allá de sus fronteras, a los hechos trágicos y que involucran pérdidas de vidas humanas como son los que han estado encabezando los diarios en los últimos años. Muchas veces al ofrecer un producto de lectura destinado hacia la juventud se piensa, por lo general, en temas sólo de entretenimiento, obviando en gran medida la profundidad y el análisis. Se parte del hecho de que a los jóvenes no les interesan los temas variados, relacionados con el acontecer diario y que por lo tanto una oferta que vaya más allá de una sopa de letras y notas sobre el mundo del espectáculo podría resultarles aburrido. Pero lo cierto es que nuestros jóvenes se quejan de la falta de contenido y profundidad de los artículos, de la falta de variedad de los temas y de la poca creatividad en el uso de elementos gráficos en las publicaciones. Y se sienten subestimados cuando se utiliza un lenguaje extremadamente sencillo, rayando en lo infantil, para dirigirse hacia ellos.
Reconocer el lenguaje que se deberá utilizar para llegar al público y mantenerlo es primordial. Representa un buen punto a favor y permite llegar más directo y es posible que esto también pueda conseguirse a través de una promoción adecuada del contenido que se pretende vender. A pesar de todo lo mencionado con anterioridad un punto que deben tomar en cuenta los medios impresos para captar lectores es el poder adquisitivo de su potencial población lectora. Ya no basta con manejar recursos mercadológicos basados en concursos y ofertas porque el grueso de los potenciales lectores no tiene acceso a los medios impresos, ya sea porque los periódicos y revistas no llegan a sus casas, o porque aunque estuviesen interesados en leerlos no gastan su dinero en comprar una publicación. Las razones en buena parte están relacionadas con el precio de la unidad impresa, pero al mismo tiempo no existe un buen gancho, una buena motivación, ni tampoco facilidades para los lectores. ¿Por qué no llevar los ejemplares gratuitamente a un plantel de bachillerato en fechas determinadas? O ¿por qué no vender los diarios a precio especial a la salida de los centros educativos y de los centros de diversión?
No recuerdo que en algún momento los diarios se ofertaran en rebaja, o dos por uno (comprar un periódico un día y obtener el del día siguiente gratis). Por último y no por ello menos importante queda mantener las expectativas. El medio que es predecible llega a ser poco llamativo y en este asunto de las publicaciones el cambio constante es piedra angular para mantener el interés. Las páginas de los medios se han llenado de las mismas noticias dejando de lado el aspecto humano muchas veces, por lo tanto hace falta vender la prensa escrita de otra forma, manejar la publicidad más allá de lo conocido, invertir en ideas y también intervenir en la educación de los potenciales lectores, enseñarlos a leer la prensa escrita desde las aulas para conseguir una fiel identificación con el producto.
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