Jesús Polanco continúa con su intención de expandir su dominio en canales de pago, satélites, periódicos, revistas, fútbol y televisiones locales

Lo que podría parecer un detalle baladí ha provocado temblores en las cúpulas de las grandes empresas accionistas de la industria española de satélites y de Digital +.
La mano de Prisa, con su contundencia en los medios impresos, apoya los flancos del imperio polanquista, provocando que lo que se considera una fusión “positiva” para el mercado se haya convertido en un problema de Estado.
Hispasat recibe una cuarta parte de sus ingresos de la televisión de pago, sin esta inyección de capital la compañía sufriría un duro golpe del que se repondría con dificultades. La excusa ofrecida por Sogecable para dudar de si usar la doble transmisión, basándose en una penalización del contrato de emisión de la empresa americana actual, parece frágil cuando se observa que sería solo del 5% del contrato acordado. Además, se aduce que el sistema anti-piratería del Astra es más seguro, algo dudoso para los técnicos, máxime cuando desde el 21 de julio toda la programación de la antigua Via Digital será totalmente abierta hasta Octubre.
Telefónica, accionista de Hispasat y de Sogecable, se encuentra en un complicado contrapeso de intereses en el que se juega gran parte de su inversión en la industria de satélites española, de gran importancia a nivel estratégico, por su expansión, y económico, por la gran cuota de ingresos que surge de su relación con las televisiones vía satélite. Perder la transmisión de la señal de la televisión de pago generaría un lastre económico de 560 millones de euros.
Sogecable afirma que aún no se ha tomado una decisión al respecto, pero la contundente campaña de publicidad de Sogecable para el lanzamiento inicial también excluye de forma premeditada el logotipo de Hispasat.