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Enredos de Hipótesis y Análisis: Tratando de Entender a un Periódico (Parte II de II)

Enredos de Hipótesis y Análisis: Tratando de Entender a un Periódico (Parte II de II)

Sergio Rego Monteiro / Fuente: www.revista-ideasonline.org

miércoles 22 de octubre de 2014, 12:37h
Lo que realmente necesitamos es buena capacitación profesional, que se torna más urgente cuando nos encontramos abandonando la era del átomo e ingresando a una extraña era digital. Todo es mucho más fácil por una parte y mucho, mucho más difícil por la otra. La información prolifera y se propaga en la sociedad, en una metástasis de consumo en la que la batalla más feroz es por las miradas de la gente. Al mismo tiempo, los consumidores se vuelven más y más exigentes – de ahí la dicotomía con la que tenemos que vivir.
Volviendo al centro de nuestra neurosis. Estaba hablando con el director del periódico y él me comentaba los puntos de énfasis específicos que le ayudaban a atraer a los mejores periodistas del mercado. Y por qué no hacía yo lo mismo en términos de los profesionales de marketing? La conversación se fue un poco por las ramas y nos internamos en el campo minado que es el corporativismo en la sala de redacción. Nada se consigue en términos de cambios radicales debido al amiguismo y el clientelismo. Todos quieren estar bien con todos. Y entonces, en un ataque de griego, exclamé: “¡Eureka! ¡Todo tiene que ver con el organigrama!”
Permítanme explicar esta hipótesis morbosa – una más: Todos los que circulamos por divisiones administrativas, operativas o de recursos humanos somos esclavos del organigrama. Es difícil tener la flexibilidad de poder atraer a un alto directivo de otra organización para tomarlo como gerente, aún cuando su nuevo puesto también sea alto.
“Pero, no puedo aceptar,” va a decirnos, “Yo ya tengo un cargo más alto que éste.” Y verdaderamente no va a aceptar nuestra propuesta. Yo mismo caí en esta trampa cuando, siendo director de un periódico con una circulación de 60.000 ejemplares, me ofrecieron ser Director de Marketing de un gran banco de Brasil. Inmediatamente esgrimí el argumento de mi cargo, a lo cual el Vicepresidente me contestó: “sí, pero usted administra U$S 20 millones por mes! Ahora va a manejar U$S 2 mil millones!” Esto me movió el piso, lo confieso. Otras razones, sin embargo, me llevaron a rehusarlo; gracias a Dios, porque el banco quebró... y ya me estoy yendo del tema nuevamente.
Mi “objetivo” acá es la sala de redacción. Analizando la estructura de la sala de redacción, comprendí por qué podemos hacer que este departamento sea flexible. El anterior director del periódico estaba ahora trabajando como Periodista Especializado en otra empresa. Un ex presidente estaba de director regional de una revista. Un redactor de economía había dejado su puesto y ahora estaba trabajando como columnista de variedades.
Entendí, entonces – para nuestra realidad – la razón para el corporativismo. En un mercado pequeño, los periodistas tienen que estar en buenos términos con los demás periodistas. Su anterior vicedirector puede ser ahora director ejecutivo de otro periódico, y uno puede pasar a ser su vicedirector. Un subibaja de puestos en los cuales lo que verdaderamente importa es la propia satisfacción profesional y no el pequeño cuadradito en el organigrama que nos esclaviza a todos.
Un punto a favor de los periodistas sin tendencia a hacer alarde de sus títulos.
Un punto en contra por la posibilidad de construir una red corporativa de autodefensa.
¿Una especie de explicación para la estabilidad de las salas de redacción? Puede ser. Lo que no los vuelve menos neuróticos que a otros operadores, marketers, etc. Por lo menos en este mar de inestabilidad llamado Latinoamérica
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