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Nuestra responsabilidad internacional

Por Tracy L. Barnett/ Fuente: www.investigacion.org

miércoles 22 de octubre de 2014, 12:37h
La tensión entre lo viejo y lo nuevo, entre las tendencias aislacionistas e internacionalistas del periodismo, quedó en evidencia en la reciente conferencia nacional de Investigative Reporters and Editors (IRE, la asociación hermana de Periodistas de Investigación).La comunidad internacional estuvo presente en el evento que se realizó en junio en la ciudad de Phoenix, e incluyó a periodistas de Puerto Rico, Australia, Suecia, Filipinas y otros países de Europa, América, Africa y Asia. También estuvieron presentes más de 20 miembros de Periodistas de Investigación.
Un tema recurrente en la conferencia fue la cooperación entre los periodistas para romper las barreras de silencio y revelar la verdad, es decir, una de las tareas fundamentales de IRE. Las discusiones al respecto fueron aún más importantes y oportunas porque este año se conmemora el vigésimo aniversario del Proyecto Arizona, y por ello se escogió la ciudad de Phoenix para la conferencia.
En junio de 1977, Don Bolles, un reportero del diario Arizona Republic, fue asesinado cuando realizaba una profunda investigación sobre corrupción en ese estado. La recién creada IRE convocó a cerca de 50 periodistas de todo Estados Unidos, quienes fueron a Arizona para continuar el trabajo de Bolles. "Este no es un acto de venganza", dijo Bob Greene, del diario Newsday. "No venimos a encontrar el asesino de Bolles. Es una respuesta razonable a la muerte de un reportero, continuar con su trabajo".
Seis meses después numerosos medios publicaron una serie de 23 partes que reveló la participación de importantes políticos y empresarios en actividades ilegales, desde el fraude hasta el narcotráfico. Finalmente el hombre que colocó una bomba bajo el automóvil de Bolles fue encarcelado, si bien no se pudo comprobar quién lo había contratado.
El éxito de este trabajo conjunto, conocido desde entonces como el Proyecto Arizona, demostró las posibilidades de la cooperación entre periodistas y sirvió para consolidar a IRE a nivel nacional. Veinte años después, sigue siendo uno de los mayores orgullos de la organización, y las referencias al Proyecto fueron constantes durante la reunión de Phoenix.
Sin embargo existen conceptos muy distintos sobre las ventajas y las responsabilidades que entraña la colaboración entre periodistas, como quedó demostrado durante una animada mesa redonda sobre reportajes de investigación realizados en varios países. La sesión fue conducida por David Kaplan, de la revista U.S. News and World Report, quien tiene una larga experiencia en investigaciones internacionales. Kaplan preguntó a reporteros de México, Suecia, Sierra Leona, Australia, Filipinas y Estados Unidos cómo trabajarían en diversas situaciones hipotéticas. Por ejemplo, describió un caso en el que un traficante internacional de armas vendiera equipo de tortura en Nigeria. Su empresa también tendría negocios en México, Suecia, Australia, Filipinas y Estados Unidos, y las respuestas de los conferencistas aportaron una fascinante colección de técnicas, sugerencias y mañas para hacer el trabajo periodístico en cada uno de esos países.
Pero la discusión también provocó una interesante controversia cuando Kaplan preguntó qué pueden hacer los periodistas de otros países cuando un colega es encarcelado por su trabajo en algún país con un gobierno autoritario. Cada uno de los conferencistas ofreció alguna sugerencia, desde escribir cartas a ese gobierno o llamar a un boicot comercial contra el mismo, hasta enviar una delegación de reporteros auspiciados por IRE para continuar las investigaciones, en una versión internacional del Proyecto Arizona.
John Lindsay, un periodista experto en asuntos internacionales y expresidente de la Junta de Gobierno de IRE, fue el único que mostró ciertas reservas. "Sé que lo que yo voy a decir no será popular", admitió, para después explicar que la función tradicional de IRE ha sido educativa y no política. "Nosotros metemos a los políticos en la cárcel", añadió. "No los cabildeamos".
La respuesta pareció sorprender a muchos de los asistentes, especialmente los llegados de otros países, y dio lugar a una intensa discusión que continuó mucho después de que había terminado la mesa redonda. El fondo del asunto es una pregunta tan simple como profunda: ¿cuál debe ser el papel de IRE con respecto a la seguridad de nuestros colegas en otros países, a medida que la organización extiende sus actividades por el mundo?
Si deseamos realizar nuestra misión de cooperación periodística en beneficio del público al que servimos, los periodistas que trabajan en Africa, en Indonesia o en México no pueden seguir siendo seres anónimos o estadísticas sin rostro. Ojalá nunca suceda, pero ha llegado el momento de preguntarnos qué hacer si un miembro de IRE o de una organización asociada a IRE utiliza las técnicas que enseñamos y termina en prisión o muerto a causa de su trabajo.
"Cada vez vamos a tener más investigaciones que conduzcan a otros países", dijo Kaplan. "Dado lo que sucede hoy en día en el mundo, parecería miope no pensar de una manera más global".
Kaplan es un antiguo miembro de IRE y a lo largo de los años ha colaborado con periodistas de otros países, a quienes adjudica una parte importante del éxito en sus propios reportajes sobre temas como las sectas y las organizaciones criminales internacionales.
En su opinión, "debemos unir nuestras voces a las del Comité para proteger a los periodistas (CPR) y las organizaciones de derechos humanos, para exigir que se proteja a nuestros colegas y que quienes los hostigan o asesinan sean llevados ante la justicia. No hacerlo resulta el peor tipo de etnocentrismo". Si bien Lindsay ha apoyado los esfuerzos por proteger a los periodistas perseguidos en otros países, también adoptó una posición cautelosa al añadir que IRE debe analizar cada situación relacionada con esas agresiones.
El año pasado Ying Chan, reportero del diario New York Daily News y miembro de IRE, presentó una demanda por difamación junto con un colega de otro país. Lindsay, quien era entonces presidente del comité internacional de IRE, se inclinó por asumir una posición a favor de ambos periodistas.
"En ese caso se trataba de un miembro a quien conocíamos, quien tenía buenos antecedentes, y yo apoyé con entusiasmo ese tipo de actividad", dijo Lindsay. "En (el caso que se discutió en) Phoenix yo no conocía los antecedentes del reportero. Sería irresponsable hacer una declaración general y decir que IRE va a defender a los periodistas de todas partes sin conocer las circunstancias".
Al igual que otros que se muestran reticentes a apoyar a capa y espada a los periodistas en peligro, Lindsay es reacio a relacionar a la organización con técnicas periodísticas corruptas. Mencionó el caso de los periodistas estadunidenses que se coludieron con la CIA en el pasado.
"Pienso que la decisión debe ser en función de cada situación", dijo Lindsay. "No estoy dispuesto a asumir que no existe el mal periodismo".
Bo Andersson, quien preside Gravande Journalister, la versión sueca de IRE, no considera que hablar a favor de los periodistas en peligro contradiga el papel eminentemente educativo de la organización.
"No pensamos que estamos haciendo política cuando luchamos por la apertura, por la democracia, por la libertad de expresión", dijo. "Estos son asuntos periodísticos, y nos tenemos que involucrar en ellos". Bo recordó el caso de la periodista irlandesa Veronica Guerin, quien fue asesinada en su país en junio de 1996, presumiblemente debido a sus reportajes sobre corrupción. A las pocas horas de conocerse la noticia, el comité ejecutivo de Gravande Journalister envió una carta al gobierno irlandés para deplorar la muerte de Guerin y exigir una investigación completa. Además, los periodistas suecos se comunicaron con la Unión de Periodistas de Irlanda para determinar si podían colaborar de otra manera. Hasta el día de hoy, Bo se pregunta si su organización pudo o debió hacer más.
"Podríamos habernos puesto en contacto con IRE para organizar un equipo de periodistas de todo el mundo que terminara el trabajo de Veronica en Irlanda", dijo Bo.
Tanto él como otros periodistas internacionales de varios países, incluyendo Estados Unidos, consideran que ha llegado el momento de que IRE adopte una actitud más activista, lo cual podría poner a la organización en un contacto más estrecho con sus raíces.
"Ustedes tienen una responsabilidad; ya lo hicieron en 1976, y fue la razón por la que se fundó la organización", dijo Andersson. "¿Por qué no lo pueden hacer una vez más?".
William Orme, director del Comité para Proteger a los Periodistas, opinó que "IRE está entrenando a la gente para hacer un trabajo que en muchos países puede llevarlos a prisión o hacer que los maten, y es importante no perder eso de vista. Impartir conocimientos e incluso aportar recursos técnicos no es más que una parte del trabajo".
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