Con diez cañones por banda
Fedro Carlos Guillén / Fuente:
www. etcetera.com.mx
miércoles 22 de octubre de 2014, 12:37h
Nunca he tenido claro el concepto de "interés noticioso", ello explica ampliamente que sea un pelagatos en lugar de productor de noticieros. Sin embargo, tengo la creciente percepción que asuntos que no le interesan a absolutamente nadie, de pronto se convierten en noticias. Me explico; año con año los trenes se descarrilan, tornados del tamaño de mis malos pensamientos arrasan con la mitad de Oklahoma o un señor es brutalmente golpeado por la fuerza pública en algún lugar del mundo. Por supuesto sólo un imbécil (que no soy yo) dejaría de lamentar estas que son tragedias, sin embargo, hallo poco sentido en verlas reflejadas día con día en los diversos medios que nos explican lo mal que está el mundo.
Todo esto pensaba cuando veía el la otra noche las peripecias de un señor que es reportero y que viaja a bordo de un buque llamado "El Zapoteco" que se dirige a Asia para ayudar a los damnificados. El asunto tiene varias aristas todas ellas analizables, la primera y más obvia es que efectivamente es una buena noticia que demos tales muestras de solidaridad y supongo que ello debe consignarse por lo que yo me hubiera dado por satisfecho leyendo: "Zarpa el Zapoteco con 200 toneladas de ayuda a las víctimas del tsumani" y hasta ahí las cosas. Sin embargo parece ser que alguien con iniciativa decidió que era buena idea trepar a un reportero para que narrara lo que ocurre a bordo de la nave en el día a día y en ese preciso instante las cosas se fueron a la mierda.
Lo primero que uno puede advertir es que el multicitado barco no es precisamente un bólido y navega a la misma velocidad que la de las galeras romanas con la diferencia que éstas eran impulsadas con el conocido sistema de poner a pobres diablos a remar bajo la cadencia de un tambor interpretado por alguien más listo o más huevón.
Parece ser que a nuestros compatriotas les ha tomado exactamente doce días llegar a las Islas de Hawai lo que no es precisamente un prodigio de celeridad y uno puede suponer que si la gente de Asia espera ansiosa nuestra ayuda pues ya debería buscarse un banquito, sentarse y otear al horizonte en espera de la ayuda.
El segundo punto es que la crónica de viaje es tan apasionante como la Hora Nacional ya que, como se sabe, en el barco no pasa nada digno de mención. El reporte puede consistir en decir cosas como: "Nos encontramos en el cuarto día de navegación y la mar se encuentra en calma, hoy desayunamos chicharrón con huevo y se hicieron los honores a la bandera". Probablemente conscientes de esta falta de espíritu noticioso es que el otro día los tripulantes fueron conminados a realizar unas prácticas dado que aparecía una "nave enemiga". El asunto por supuesto merece una descripción; primero todo mundo se puso un chaleco salvavidas, acto seguido cada quien ocupó la posición de combate y uno que ha de tener mejor puntería se trepó en una silla para manipular una ametralladora de la segunda guerra. "El enemigo" era una cosa blanca que flotaba y tenía el vago aspecto de un tambo de doscientos litros de basura. Los marinos iniciaron las hostilidades, unos disparando con rifles y el de la ametralladora dándole a todo lo que se podía. Los disparos daban como a cinco metros de las fuerzas hostiles (el tambo) hasta que finalmente y después de un rato se logró hundirlo para sorpresa (supongo) de un cardúmen de atunes que pasaban por la zona. El reporte fue que con cero bajas se había logrado aniquilar al enemigo y todo mundo se fue a su puesto. Yo que observaba, estupefacto las maniobras me pregunté varias cosas entre ellas si no hubiera sido más sensato dejarlo como estaba y evitarnos papelones.
Sinceramente espero que lleguen pronto, que no se hundan, que ya no ataquen tambos y que por piedad dejen de trasmitir lo que pasa a bordo ya que me resulta muy deprimente. Ahora lo anterior se puede deber a que lo que a mí me llama es el ámbito terrestre y no la mar procelosa, pero ése es ya mi problema ¿de acuerdo?.
Si (
No(
