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Los “pecados” de la Red

Por Juan Pablo Mateos Abarca
miércoles 22 de octubre de 2014, 12:37h
Juan Pablo Mateos
Juan Pablo Mateos
Lo más interesante de una creación virtual son sus defectos. Es la observación de sus carencias lo que permite mayor aprendizaje.
Se entiende por “pecado” en Internet aquellas decisiones que, ya sea tomadas a la ligera o con conocimiento de causa y de forma reflexiva, provocan un descenso acentuado del número de visitas en un portal o una web.

Los “pecados” más comunes de Internet podrían ser:
  • El blindaje de zonas de información general, ofertando contenidos supuestamente exclusivos que no lo son. Esta estrategia provoca el rechazo de los internautas, no genera respuesta y reduce drásticamente el número de “hits” en la página. La información susceptible de ser encontrada en Internet por otros cauces no vende, y lo que es peor, solicitar un registro para entrar en una zona “Premium” decepcionante es doble “pecado”.
  • Situar información exclusivamente estática en una página. Nos referimos a los documentos PDF, a la información larga y tediosa, de pequeño cuerpo y, si queremos “pecar” de verdad, generando un efecto “cascada” hacia debajo de múltiples pantallas sin scroll independiente o sin fragmentación por páginas.
  • La baja actualización de contenidos en una página web es un pecado venial si no contamos con recursos de actualización constante. Pero la falta se incrementa si no ponemos la fecha de la información, confundiendo al internauta, que no sabe cuando fue situado ese contenido. Los contenidos obsoletos desorientan al lector e incluso llegan a “perderle” en el espacio y en el tiempo.
  • Crear espacios de venta de banners vacíos a la espera de ser rellenados. Se observa en algunas webs la creación de “ventanas” vacías que indican el numero de pixel, sin nada dentro, y sólo una palabra: “publicidad”. Es difícil encontrar un error mayor que poner una ventana sin texto, que ponga “publicidad” y un número de pixel concreto. Es una traslación del formato papel a Internet ingenua pero incluso ofensiva para el posible anunciante. El anuncio en Internet debe mantener un equilibrio “mágico” entre la discreción y la llamada de atención. Debe sorprender y no molestar, motivar la compra y no provocar rechazo por su intrusismo o agresividad.
  • Generar un peso específico de memoria en la página de portada que sea tan elevado que aumente el tiempo de apertura hasta límites que entrar en esa web sea un acto de fe, paciencia y caridad. Esperar más de 10 segundos para la apertura completa de una página Web en una conexión de banda ancha estándar es un error mayúsculo. El “peso” de memoria de los elementos en internet se encuentra en el otro extremo del formato impreso. Cuanto menor peso mejor, la resolución a 72 puntos y “aligerar” la web de carga de Kbytes es una misión fundamental de cualquier página ágil que busca una apertura casi instantánea, con una oferta múltiple de contenidos actualizados.
  • Poner un contador de visitas a la vista del público cuando se tienen “cuatro” visitas. Este pecado menor, es propio de las webs personales y poco profesionales. Realmente cualquier portal “cualificado” muestra, gracias a un gestor de contenidos de calidad, el número de visitas de determinadas noticias, las más vistas, los foros más consultados y mucha información de aspecto editorial importante. Poner un contador de distribución gratuita “freeware”, que además muestra pocas visitas, es innecesario y contraproducente. No obstante, se disculpa por la necesidad de individualidad de profanos de Internet que quieren su pequeño espacio de personalidad, sin otro afán que participar del espacio virtual mostrando sus facetas personales, aficiones u otras metas legítimas. Sin embargo, en un portal de comunicación con pretensiones de profesionalidad y calidad, es un grave error.
  • Las recargas “flash” interminables pueden no causar el efecto estético deseado. Los portales corporativos con exceso de lenguajes avanzados y diseño conllevan dos perjuicios si son utilizados de forma desmedida: el primero implica que una mala programación da lugar a unos tiempos de espera inasumibles. El segundo es que el flash, java etc…impiden una actualización rápida de los contenidos; todo cambio en estos formatos es laborioso y poco funcional.

En definitiva estos pueden ser, a “grosso modo”, los fallos de envergadura en Internet para cualquier web con visos de tener una buena estadística de visitas. Como es obvio, los buenos contenidos, su colocación y evitar graves errores de concepto son un todo, junto a factores tan impredecibles como acertar con el nicho de mercado, promover un servicio de alta demanda, tener suerte con el momento de salida a la red, articular una estrategia de negocio de éxito, llegar a acuerdos con los partners adecuados, configurar un sistema de gestión rentable, y otros muchos parámetros, algunos tangibles y controlables, y otros impredecibles y de complicada valoración, que den como resultado una web boyante y productiva.

Juan Pablo Mateos Abarca
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